_
_
_
_
Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Jugueteo hueco

Es curioso que, en su publicidad, el título de esta película vaya seguido sin ruptura de continuidad, para que parezca parte de él, de su atribución autoral: The Game del director de Seven. Eso es literalmente rizar el rizo: se nos anuncia un juego del director de Seven que, a su vez, es otro juego o, más exactamente, otro jugueteo, pues aunque en Seven David Fincher da la impresión de que bucea en un enigma de más calado que el que maneja en The Game, esta gravedad es más aparente y buscada que real y encontrada, y ambas películas pueden medirse con un muy parecido rasero: retórica y pirotecnia visual para rellenar el vacío.Un vacío que Fincher tiene la astucia de ocultar en la bocamanga con recursos que aparentan tener más consistencia de la que en realidad tienen, y que pueden dar por eso el pego, a menos que uno se proteja contra la impostura con la coraza de un barniz de incredulidad. Seven ha sido una película muy sobrevalorada. Se sostiene bien e inquieta a ratos, porque sus cimientos los ponen un fotógrafo genial y tres intérpretes entregados y solidísimos, pero en ella el relato es un desarrollo rutinario de una idea argumental ingeniosa, y su secuencia adolece del revés de lo que presume: de una construcción deficiente, de confusión e imprecisión formal y, si me apuran, de una buena dosis de arbitrariedad en la puesta en escena, que está llena de encuadres innecesarios y de apuntes de rizos de rizos. De ahí que el ambicioso y, por ahora, malabarista en oquedades David Fincher no llegue más allá, a causa de su incapacidad para abrir espacios libres a la mirada. Sus alcances llegan allí donde siempre llegaron los tentáculos de los simuladores y los astutos: a hacer pasar su la bia por elocuencia y los regates de sus ocurrencias por un ejercicio de verdadera imaginación. Es Seven una película lista, o si se quiere de un listo, pero en modo alguno el espeluznante y trágico thriller que pretente y pasa por ser, sino un jugueteo disfrazado, como también lo es, pero no disfrazado y en grado casi caricaturesco, The Game. La diferencia está en que en aquélla Fincher protegía sus limitaciones detrás de la cortina de humo de unos magníficos talentos ajenos sagazmente capitalizados por él, mientras que en The Game sus brillantes malabares quedan al descubierto y con el culo al aire, porque esta vez Fincher no cuenta con el regalo del talento de otros que le cubran las espaldas, ya que ni el guionista ni el fotógrafo ni los actores logran convencerse (y de rebote convencemos) de que eso en que están embarcados merece el riesgo de emprender una aventura creativa por su cuenta, en solitario, para sacar al director, como otros hicieron en Seven, las castañas del fuego. Juegan a un juego que ha incorporado la trampa a sus leyes, lo que hace de él un juego sucio, y la sucesión de piruetas en que consiste esta engañosa película acaba por aburrirles tanto que es su aburrimiento lo único que logran transmitir.

The Game

Dirección: David Fincher. Guión: John Brancato y Michael Ferris. EE UU, 1997. Intérpretes: Michael Douglas, Sean Penn, Carrol Baker, Armin Mueller Stahl. Madrid: cines Palacio de la Música, Acteón, Tívoli, Juan de Austria, Palafox, Roxy, Vaguada, Novedades, Cartago, Florida, Plaza Aluche, Ciné Cité, Lido, Cristal, Victoria, Liceo, Excelsior y (en V. O.) Luna.

Y lo que nos vendieron como un peliculón del año y abrió la puerta al glamour en el último festival de San Sebastián se nos queda en la ceniza de una peliculita insustancial de nunca, cuya única virtud consiste en que arroja hacia atrás luz y pone al descubierto la habilidosa y corta mirada de su temerariamente encumbrado director.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_