La oferta de diálogo del régimen de Teherán enfrenta a los países de la UE

La oferta de diálogo y apertura del régimen islamista de Irán está provocando un enfrentamiento entre los países de la Unión Europea (UE). Las delegaciones diplomáticas comunitarias estudian con atención desde ayer las palabras del presidente de Irán, Mohamed Jatamí, quien con ocasión de la reunión de la Organización de la Conferencia Islámica ha ofrecido normalizar las relaciones con Occidente, abrir las puertas del país a todas la culturas y tratar de poner fin a casi 20 años de aislamiento.

"Debe Europa apoyar la propuesta de apertura y diálogo ofrecida por el régimen de Teherán a los países occidentales?". Así se interrogaba en voz alta la noche del martes uno de los embajadores de la UE mientras trataba de recordar por enésima vez alguna de las frases más significativas del discurso aperturista y liberal de Jatamí ante el cónclave de países musulmanes, que se clausurará hoy en la capital iraní.La propuesta de Irán ha reabierto las viejas heridas de un debate que se inició en diciembre de 1992, cuando con ocasión de la cumbre celebrada en Edimburgo los países de la UE decidieron abrir un "diálogo crítico" con el régimen de los ayatolás. Esta iniciativa se llevó a término hasta el pasado mes de abril, cuando se interrumpieron violentamente las conversaciones y se abrió una crisis diplomática, ahora ya zanjada.

"Europa ha estado durante casi cinco años dialogando con Irán. Pero también hemos comprobado que esa fórmula no ha servido para gran cosa", aseguraba un diplomático. El fracaso de aquel singular "diálogo crítico" ha provocado un enfrentamiento entre los miembros comunitarios. En un lado se alinean los países mediterráneos, a los que se ha añadido Suecia, quienes propugnan una solución pramática consistente en aprovechar lo que hay" y buscar la normalización de las relaciones por la "vía de los hechos". En el otro frente se encuentran los países del norte de Europa, capitaneados por el Reino Unido y Dinamarca, que reclaman un cambio sustancial del régimen de los ayatolás como paso previo a la normalización de relaciones.

"El mercado económico iraní es demasiado importante y tentador como para permanecer insensibles y cerramos las puertas", añadía otro portavoz europeo, defensor de la línea pragmática. Este diplomático reconocía el fracaso del debate político, basado en concepciones éticas y reconocía estar impulsando desde hace meses y por orden de su Gobierno una carrera comercial que trata de situar a las empresas de su país en un lugar privilegiado del mercado iraní.