Moscoso dimite como vocal delegado para las relaciones con el Ministerio Fiscal

El vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) Javier Moscoso presentó ayer su dimisión, como vocal delegado para las relaciones con el Ministerio Fiscal al considerar que ya no es el intermediario adecuado tras haber sido vetada su candidatura a la Fiscalía del Tribunal Supremo por la ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante. La ministra rechazó el nombramiento de Moscoso propuesto por el fiscal del Estado, Jesús Cardenal, y el Consejo Fiscal. El CGPJ respaldó a Moscoso y rechazó los argumentos de la ministra.

Fuentes del Consejo del Poder Judicial informaron que Javier Moscoso presentó su renuncia a la consejería delegada para relaciones con el Ministerio Fiscal de manera irrevocable, pero el Poder Judicial, por unanimidad, se negó a admitirla. Pese a las muestras de apoyo de los demás vocales, Moscoso mantuvo su renuncia, si bien ha aceptado tomarse un tiempo para meditar la decisión.El Pleno del Consejo manifestó al vocal dimisionario que sigue considerándole la persona más adecuada para representar al organismo ante el ministerio fiscal. Moscoso es fiscal de carrera y antes de ser designado vocal del Poder Judicial fue diputado en tres legislaturas, ministro de Presidencia y Administraciones Públicas y fiscal general del Estado. Pese a su trayectoria, el Gobierno ha vetado en tres ocasiones su candidatura a los puestos que ha solicitado para cuando termine su mandato en el Consejo.

La ministra de Justicia negó ayer que su departamento haya vetado el nombramiento de Moscoso y adujo que lo que ha hecho el ministerio es "poner sobre la mesa del fiscal general y de la Fiscalía una prohibición legal que existía, y no ningún veto".

Mariscal de Gante se refería al artículo 120 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que fue el precepto que esgrimió para rechazar el nombramiento de Moscoso. Dicho precepto dice textualmente: "Los vocales del Consejo General del Poder Judicial no podrán ser promovidos durante su mandato a la categoría de magistrado del Tribunal Supremo, ni nombrados para cualquier cargo de la carrera judicial de libre designación o en cuya provisión concurra apreciación de méritos".

Según la ministra, aplicándose la ley orgánica del Poder Judicial como supletoria al Estatuto del Ministerio Fiscal, no es posible la promoción a puestos discrecionales".

Al parecer contrario del Consejo Fiscal y del fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, se sumó ayer el Consejo del Poder Judicial, que discrepó "radicalmente" de la interpretación de Mariscal de Gante. El portavoz del Consejo, Benigno Varela, manifestó a este periódico que no se había entrado a analizar la actuación del Ejecutivo porque a los vocales no le había parecido procedente enjuiciar decisiones del Gobierno.

Pero al margen de la postura oficial, un vocal del Consejo señaló a este periódico que el Pleno rechazó "radicalmente" la aplicación del artículo 120 de la ley orgánica del Poder Judicial. La misma fuente señaló que "el ministerio tendrá que dar otra explicación", y añadió: "Lo que ha hecho la ministra no tiene nombre".

Fiscal general del Estado durante cuatro años, Moscoso ha visto al final de su carrera cómo su petición de destino ha sido rechazada en tres ocasiones por el Gobierno del PP. Su primera solicitud de destino en la Inspección Fiscal y otras dos peticiones al Tribunal Supremo han sido resueltas en favor de otros candidatos. La última de sus solicitudes fue cursada hace cinco meses y contestada por el ministerio la semana pasada.

Con el respaldo del Consejo Fiscal, Cardenal propuso el nombramiento de Moscoso y que el otro candidato, Antonio Vercher, desempeñase la plaza hasta que el titular terminase su mandato en el Poder Judicial. De esa forma, Vercher quedaría adscrito al Tribunal Supremo y obtendría una plaza en las siguientes convocatorias. La ministra, sin embargo, rechazó la propuesta aduciendo que Moscoso no podía ser promovido. Sin embargo, fuentes fiscales negaron que el destino en el Supremo suponga una promoción en la categoría.