_
_
_
_

Un trato especial

Sergio Sevillano estaba ojeando las ofertas de empleo de los periódicos cuando se encontró con el anuncio del programa de Funcoe. "Me apunté para sacar partido al tiempo mientras encontraba trabajo, y ahora estoy muy contento de haberme metido en esto". Sergio tiene 27 años, una diplomatura de Maestro de Educación Física, y desde hace dos meses da clase como voluntario a un niño con el síndrome de Prader-Willy, una enfermedad que provoca retraso mental y en el desarrollo de los huesos. "El niño tiene nueve años, pero actúa como si tuviera cinco o seis", cuenta Sergio. "Lo complicado es llegar y acoplarte a la forma de ser del niño. Es duro, pero te hace ver lo afortunado que eres".La profesora de Iván, Maite Palomo, se puso a buscar hace un año una ONG para apuntarse como voluntaria. "Cuando me decidí por esto, sólo puse una condición: que no me tocara un niño con una enfermedad terminal. Hace un año no me sentía capaz, pero ahora creo que sí. Ahora sé que merece la pena". Maite se indigna al contar que algunas personas no los toman en serio cuando se enteran de que no cobran por esta labor. "Es un trabajo en toda regla", dice. "Nos exigen y nos dan una buena preparación para aprender a tratar y enseñar a estos niños como es debido, porque necesitan un trato especial".

Más información
600 profesores voluntarios dan clase a niños enfermos en sus domicilios

"Empecé a dar clase como voluntaria para ayudarme a mí misma", dice Purificación Pérez, que tiene 44 años, es profesora en un instituto de Madrid y está especializada en Matemáticas. Purificación hace unos años estaba pasando por una etapa personal difícil y decidió apuntarse a un proyecto que le permitiera hacer algo por los demás. El curso pasado daba clase a un niño que tenía un problema de huesos a causa de un accidente y ahora enseña a una niña de 14 años que estudia 2º de ESO y también tiene una enfermedad de los huesos. "Estas clases son muy diferentes a las que doy en el colegio. La niña está muy motivada, mucho más que los demás niños. Voy a su casa un día por semana, durante dos o tres horas, para apoyarla con las Matemáticas, aunque le echo una mano con todo lo demás".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_