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Entrevista:

"La alternancia en Marruecos ha fracasado"

El resultado de las elecciones marroquíes para la Cámara Alta, que ha dado la mayoría al centro y a la derecha, ha frustrado la expectativa de un cambio democrático. Desde su trayectoria de luchador anticolonialista, el secretario general de los socialistas marroquíes, Abderrahman Yusufi, de 74 años, respira, sin embargo, optimismo. Está convencido de que el país tiene que cambiar si no quiere perder el tren del progreso. Pero no oculta que el debate interno en su formación política, la Unión Socialista de Fuerzas Populares (UFSP), es vivo y que queda aún mucho camino por delante.Pregunta. ¿Se esperaba el resultado electoral?

Respuesta. No, ha decepcionado a todo el mundo. Aunque era posible, dado el modo de escrutinio uninominal y la injerencia de la Administración.

P. ¿Qué lectura se puede hacer?

R. El electorado marroquí quiere el cambio. La USFP ha sido el partido de oposición por excelencia durante 37 años y para el pueblo constituye claramente la alternativa.

P. ¿Cree posible una coalición gubernamental estable?

R. La lectura aritmética de los resultados no inspira una solución clara. Hay que estudiar más a fondo la situación política. En Marruecos hay dos clanes, el compuesto por ocho partidos responsables de la situación actual, y los otros partidos de la oposición, entre ellos la USFP. No será fácil concebir una fórmula gubernamental.

P. ¿No teme que la abstención se traduzca en explosiones sociales?

R. Es cierto. La abstención en sí misma ha sido una toma de postura política. La gente no admite más que se perpetúe la situación actual. El país necesita el cambio, y si no se produce va a ser el comienzo de una situación difícil para Marruecos. No sé qué forma va a tomar, pero de cualquier manera será una forma inquietante.

P. ¿Han conseguido adoptar una posición común en la Kutla (la oposición democrática)?

R. No hemos terminado la discusión. La situación es delicada. No se dan las condiciones para una alternancia real. En muchos sectores políticos existe la tentación de quedarse en la oposición. La otra tendencia dice "estamos convencidos de que el país necesita el cambio; y, si continúa la situación actual, va a ser peor".

P. ¿Tras las elecciones han recibido alguna señal de palacio?

R. Es prematuro. El palacio no tiene por qué dar señales. También está estudiando la situación. La única señal que los marroquíes esperan es el día en que Su Majestad designe el primer ministro, que le propondrá la fórmula de gobiemo y el programa.

P. Visto que el informe del Sáhara aún no ha sido resuelto, ¿podría tratarse de un Gobierno de unión nacional?

R. En la medida en que esta fórmula está vinculada al problema de las provincias del sur, por lo que a mí respecta pienso que sobre esto ya hay unanimidad.

P. ¿Sería sin embargo, una manera de prolongar la situación actual?

R. Creo que la visión que tienen los responsables es que Marruecos conoce problemas graves, que se pensó iban a resolverse ya en 1993. Dado que no hubo solución a la crisis entonces, se ha perdido un cierto número de años. Ha habido un compás de espera perjudicial. Y cuanto más se prolongue, más se harán sentir los resultados negativos.

P. ¿Podría el rey nombrar al príncipe heredero como primer ministro?

R. Por qué no. Su majestad puede proponemos todo tipo de fórmulas. El mecanismo previsto es designar un primer ministro que sea capaz de obtener una mayoría parlamentaria. Eso no quiere decir que excluyamos la hipótesis de que el príncipe presida el Gobierno. Lo habíamos deseado en nuestro fuero interno antes de las elecciones. Nos habríamos ahorrado los resultados que conocemos.

P. ¿Tiene confianza en el príncipe heredero?

R. Completamente. Consideramos que es un hombre que ha sido preparado para su misión futura, con cualidades humanas respetables.

P. ¿Tiene buena preparación?

R. Sí, la tiene. Ha recibido la formación cultural necesaria. Su padre le ha asociado a diferentes actividades, asiste al Consejo de Ministros. Presumo que el rey tiene amplias conversaciones con su hijo. Ha tenido los mejores profesores.

P. ¿Esta vez el Majzen (estructura de poder semifeudal) ha sido más agresivo?

R. Sí. Lo que usted llama Majzen ha dado nacimiento en estos años a lobbies, fuerzas económicas y administrativas importantes con visos de hegemonía. En otras elecciones, este conglomerado se contentaba con manipular los resultados para marginar a la oposición. Esta vez han sentido que la alternancia hace peligrar sus intereses.

P. ¿Cómo juzga la participación de los islamistas en las elecciones?

R. Todos los marroquíes, cualquiera que sea su sensibilidad política, deben entrar en el combate para el progreso del país. Aunque no tenemos lazos formales con ellos hasta ahora, y quizás no nos ven como amigos políticos, yo no he dudado en considerarles como aliados objetivos.

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