El hospital de Alcorcón recibe el alta

Alcorcón (142.000 habitantes) va a ver cumplida esta próxima semana su máxima aspiración sanitaria. La Fundación Hospital Alcorcón (FHA) abrirá las primeras consultas externas de un recinto sanitario largamente reivindicado. Será el pistoletazo de salida para un centro construido en un solar de 148.000 metros cuadrados -unos 16 campos de fútbol juntos. Con sus 576 camas, se va a convertir en el segundo centro hospitalario más grande de la zona sur de la Comunidad de Madrid, después de Getafe.El hospital se ha levantado junto al cementerio de Alcorcón, muy cerca de la carretera de Extremadura. El edificio estrena un nuevo modelo de arquitectura sanitaria en la región. Frente a las construcciones verticales de la mayoría de hospitales, con hasta cuatro pisos de altura, la fundación apostó por la horizontalidad: sólo dispone de dos plantas.

Ya desde su entrada impresiona la amplitud de los espacios. Una fila de columnas da la bienvenida al visitante. El recibidor lo forma una gran sala en la que dos escaleras mecánicas distribuyen tanto a pacientes como a sus familiares. Parece más un centro comercial que un complejo sanitario. Se prevé que tenga una zona de servicios en la que se pueda adquirir prensa, regalos o flores. "Lo que buscábamos era crear un espacio grande, como el de un hotel o una estación", comenta Luis Fernández Inglada, el arquitecto que ha diseñado el edificio.

Todo lo demás sigue la misma proporción que la entrada: se ha construido con grandes dimensiones. Los pasillos, de hecho, se llaman avenidas. Eso no significa que los pacientes tengan que recorrerse sus más de 400 metros de longitud desde el vestíbulo principal. Pueden entrar por la calle directamente a cada una de las salas de las distintas especialidades.

El centro cubrirá el 95% de las especialidades médicas habituales y atenderá a los 250.000 vecinos de Alcorcón, Villaviciosa de Odón y otros pequeños municipios de la zona suroeste. La inversión total ronda los 18.000 millones de pesetas, entre la obra (12. 000) y la compra del material (6.000).

Las 576 camas se distribuirán de forma que medicina general disponga de 462; obstetricia, 36, y pediatría, 24. El resto (54) se repartirán entre maternidad, cuidados intensivos y psiquiatría. Supera a los hospitales vecinos de Móstoles (377 camas), Leganés (470) y el futuro de Fuenlabrada (previstas 380), pero se queda lejos de Getafe (650), las 1.500 del Clínico de San Carlos o de las 2.000 del Gregorio Marañón de Madrid.

Habitaciones individuales

El llamado bloque técnico lo componen 12 quirófanos, tres paritorios y seis salas de dilatación. La mayoría de las habitaciones son individuales y tendrán sitio para un acompanante. Disponen de cuarto de baño independiente, teléfono, televisión y sistemas de audio.Los arquitectos han aprovechado la luminosidad de la zona. Al carecer de edificios en las proximidades, han logrado aprovechar toda la luz para el edificio. De eso se encargan grandes ventanales. El aislamiento contra el frío o el calor está pensado de manera que se ahorra energía.

La comunión entre naturaleza y hormigón se ha conseguido, según los arquitectos, con la plantación de arbustos en pequeños parterres dentro del edificio y de árboles en las zonas de paseo del exterior, junto a las salas de hospitalización.

"Es como si la naturaleza fuera penetrando poco a poco desde el exterior para fundirse con el edificio", explica Eduardo Merello, otro de los arquitectos que han participado en la obra.

El proyecto lo redactaron los estudios de los arquitectos Luis Fernández Inglada y Carlos Ferrán Alfaro. La obra, ejecutada por Huarte y Dragados y Construcciones, comenzó hace ya tres años, tiempo considerado por los expertos como "razonable" para una construcción de esta envergadura.

En la FHA trabajarán cuando esté a pleno rendimiento unas 1.500 personas.

La inmensidad del edificio ha obligado a recurrir a sistemas mecánicos para trasladar las muestras de los enfermos y los pequeños documentos sin que ningún empleado tenga que desplazarse por el centro. Un tubo neumático recorre el edificio por completo. Por su intestino, gracias al aire a presión, se trasladan a gran velocidad analíticas o papeles.

El mismo sistema se utiliza para los desechos clínicos y para la ropa sucia que genere el hospital. Viajarán por tubos de 45 centímetros de diámetro hacia el sótano del edificio. Allí se tratan de forma que no lleguen a contaminar el exterior.

En la planta baja está la sala de máquinas, donde se juntan las cocinas, lavandería, central de comunicaciones y los centros de calefacción.

Una de las joyas de la FHA es la biblioteca. Está forrada con maderas escandinavas. Será un centro de perfeccionamiento del personal.