"La soberanía compartida es incompatible con la Constitución"

Juan Ignacio Barrero Valverde, 51 años, presidente del Senado, cree que en un año puede culminar el proceso de reforma de la Cámara Alta en Cámara territorial, pendiente desde la aprobación de la Constitución hace 19 años. Barrero cree que los nacionalistas, tanto catalanes como vascos y canarios, darán el visto bueno a la reforma. Pero no por ello deja de ser crítico con algunas manifestaciones nacionalistas, como las realizadas por la dirección del PNV tras la sentencia contra la dirección de HB, o por Joaquim Molins, portavoz de CIU, al reclamar una soberanía compartida para Cataluña.Pregunta. Hace ya 19 años que España refrendó la Constitución, y el Senado sigue sin encontrar su sitio en la política española. Hay quienes piensan que es un lujo inútil.

Respuesta. Conviene tener un sistema bicameral. Los constituyentes pensaron en un Senado más federal, pero le dieron también los atributos de una Cámara de segunda lectura, de control del Gobierno. La frustración de los senadores es que la gente no conoce esto. Hay una segunda función, que es la obra inacabada: su transformación en una Cámara territorial.

P. ¿Por qué tanto retraso?

R. Yo creo que se ha aplazado unos años por temor a que al unir la reforma del Senado a una reforma constitucional algunos partidos intentasen una reforma mucho más profunda.

P. ¿Sobre qué bases están debatiendo los partidos la reforma del Senado en la ponencia?.

R. Hay una condición previa, que es recuperar el consenso constitucional, al menos el existente en 1978, que contó con el respaldo de todos los partidos parlamentarios con la única abstención del PNV. Se trata de reformar la Cámara y la Constitución sólo en la medida que lo requiera el Senado. Por ello, la reforma será muy parcial, sin tocar para nada el título VIII, referente al Estado de las autonomías. Regulará básicamente las funciones y composición de la Cámara.

P.¿Qué sentido tiene el Senado como Cámara territorial?.

R. El Estado de las autonomías se ha desarrollado mucho y muy positivamente en 20 años. El Senado se ha quedado anquilosado. Tiene que adecuar sus funciones al sistema autonómico.

P. ¿Qué diferencias o similitudes tendrá respecto a otros países con sistema bicameral como Alemania o EE UU?

R. Va a ser original porque también es original el Estado de las autonomías, que ha sido un buen invento. España no tiene un sistema federal, pero tampoco es un mero sistema descentralizado. El Senado como Cámara territorial no será el Bundesrat alemán, que es un Parlamento de gobiernos regionales, aunque tampoco va a ser confederal, como el norteamericano. Es un poco de todo, con elementos cuasifederales.

P. ¿Cuáles serán las relaciones con el Congreso si en las cuestiones autonómicas la Cámara Alta arrebata la primacía a la Baja?.

R. El Congreso de los Diputados seguirá teniendo la primacía entre las dos Cámaras. La reforma tratará de reforzar el derecho de veto del Senado, pero dentro de unos límites. La reforma apunta a que se exigirá al Congreso una mayoría absoluta si trata de levantar un veto impuesto por el Senado.

P. ¿Cual será la composición del Senado reformado? ¿Cómo se elegirán los senadores?.

R. Pretendemos mantener el sistema actual, pero con una mayor presencia de los senadores elegidos en las asambleas autonómicas.

P. Los nacionalistas exigen un reconocimiento de los hechos diferenciales en el nuevo Senado.

R. Los grupos nacionalistas han rebajado sus exigencias. Es verdad que se planteó por ellos que aquellas cuestiones que afectaban a su comunidad autónoma pudieran ser objeto de recurso previo de inconstitucionalidad si discrepaban de ellas. Esto sería inaceptable. Ahora estamos pensando que el reconocimiento del hecho diferencial podría articularse a través de algún tipo de informe previo de la comunidad sin llegar a utilizar ningún procedimiento jurídico.

P. ¿En que plazo culminará la reforma?.

R. Me gustaría que el acuerdo se cerrara en cuatro o cinco meses y que estuviera Culminado en el Congreso antes de entrar en la etapa preelectoral.

P. La clave de la reforma está en la incorporación de los nacionalistas. ¿Cómo se desarrolla su participación?.

R. CIU y PNV están trabajando en la ponencia con sus representantes. El grupo catalán trabaja con mucho entusiasmo y el grupo vasco con menos, pero está participando en los debates y ofrece su opinión. Esperamos que el PNV siga en el consenso hasta el final, lo que no sucedió con la Constitución.

P. Pero los nacionalistas siguen aumentando sus reclamaciones. El portavoz de CIU, Joaquim Molins, acaba de pedir para Cataluña una soberanía compartida con España. ¿Qué opina usted?.

R. El Gobierno no va a aceptar nada que roce la Constitución. De la soberanía compartida no cabe hablar ni política ni jurídicamente porque es una cosa de otros tiempos. Es una antigualla de cuando España estaba constituida por reinos independiente. La soberanía compartida es incompatible con la Constitución.

P. ¿Qué opina de la reacción del PNV ante la sentencia contra HB?.

R. La reacción del PNV no ayuda a resolver el problema del terrorismo y supone un balón de oxígeno, sobre todo moral, para HB y su entorno. Es una reacción que se inscribe en el estado de ambigüedad del PNV, de criticar a partes iguales a la Justicia y las instituciones democráticas y a HB. El PNV ha disparado con postas y no ha dejado títere con cabeza.