"La música renacentista y el rock duro tienen muchas cosas en común"
Herejía: uno de los máximos representantes del rock duro de los años setenta, el guitarrista Ritchie Blackmore (ex Deep Purple), confiesa ahora que lo que ha escuchado toda la vida en la intimidad es música clásica. Si bien sigue cultivando esa imagen oscura y misteriosa, Blackmore, de 52 años, llega ahora a España con aires renacentistas. Su nuevo trabajo, titulado Shadow of the moon (La sombra de la luna), recoge esas viejas aficiones y las plasma en disco, unido a la voz de su mujer, la cantante Candice Night.¿Cómo llegar de un extremo al otro? "Durante los últimos 25 a 30 años he escuchado mucha música renacentista. Era lo que tocaba en casa, aunque mis fans no lo sospechaban", afirma Blackmore.
"No creo que mis fans se sorprendan demasiado, creo que ellos se habrán dado cuenta de que me interesaban cosas algo más profundas. No todo es rock and roll", añade. "Esta música va a la esencia, directamente al corazón. Cuando Candice y yo nos embarcamos en esta gira de conciertos quisimos que fuera algo muy emotivo y no un producto comercial".
Si la música renacentista está para Blackmore en el corazón, el rock está situado en otra parte de su anatomía. "El rock es cosa de entrañas", añade. "Yo sigo amando el rock, pero este disco es como un merecido descanso para mí. Sin embargo, al final del concierto, para los bises, sigo reservando un poco de ruidoso rock and roll".
Las canciones que han escogido son del siglo XV, con arreglos propios. "Los temas son principalmente de dos compositores, Pierre Attaingnant y Claudin Sermisy. Son canciones populares, música de baile. De ahí saqué muchas ideas y aires musicales. Para cualquiera que estudie la música renacentista resultarán familiares. Por ejemplo, Play minstrel, play es una melodía muy antigua, al igual que Renaissance faire y otras".
Raíces centroeuropeas
En Play minstrel, play cuentan con la colaboración del flautista lan Anderson, alma de Jethro Tull. "Yo lo he admirado durante 25 años y lo he visto actuar muchas veces. Cuando vi que necesitábamos una flauta lo llamé y tuve la suerte de que se interesara en participar", dice el guitarrista.Parte de los arreglos incluyen ciertos instrumentos de la tradición celta, pero Blackmore niega haberse sumado a la moda de esta música. "Alguna gente piensa que es de origen celta, pero no es así", afirma. "Tiene, más bien, raíces alemanas, francesas y españolas. Hay una moda celta en este momento, pero nosotros no nos sumamos a ella. Yo he sido un esclavo de la moda durante demasiados años, y ya no me interesa", reconoce.
Blackmore tiende un puente entre los dos tipos de música que le interesan. "Creo que la música renacentista de baile y el rock duro están muy relacionados", afirma. "Se toca en cuartas y quintas, y hay una conexión muy fuerte. Lo que queremos es abrir las puertas para que la gente se entere de qué va la música renacentista, sin ser puristas. La hacemos más accesible, sin banalizarla".
"Lo que yo llamo rock and roll no suele ser lo que mucha gente llama así. No creo en las categorías o géneros enfrentados. Es sólo música, y no debería haber fronteras entre unas y otras. Por ejemplo, nosotros hacemos una versión del Lago de los cisnes, de Chaikovski, dentro del tema The writing on the wall. Es como un guiño para borrar los límites. Las únicas reglas que ha encontrado son las que dictan las casas discográficas. Tratan de dictar al artista qué genero debe cultivar. Pero este disco es un ciento por ciento lo que queríamos".
Trabajar con su mujer ha sido una experiencia particularmente agradable y útil para Blackinore. "Mi calidad como músico viene de la práctica, no tengo un cerebro musical. Candice aporta la comprensión de las palabras y transmite con belleza su significado".
Ritchie Blackmore y Candice Night se presentan hoy en Madrid, mañana en Pamplona, el día 8 en Barcelona y el 10 en Granada.
Babelia
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