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Patrice Chéreau: "Habrá cine europeo cuando cada país haga películas con raices nacionales"

El director está inmerso en el montaje del filme 'Ceux qui m'aiment prendront le train'

El director de cine y de teatro francés Patrice Chéreau, de 53 años, se ha tomado un receso en el montaje de su último filme, Ceux qui m'aiment prendront le train (Los que me quieren cogerán el tren), para viajar a Barcelona, donde desde hoy la Filmoteca de Cataluña le dedica una retrospectiva. Ayer, Chéreau habló largo y tendido del oficio de actor, de su amor por el cine y de su última película, que espera estrenar en primavera, tal vez en Cannes. Como La reina Margot, Ceux qui m'aiment... es, según Chéreau, una cinta "profundamente francesa" aunque la historia pueda discurrir en cualquier lugar. En su opinión, "habrá cine europeo cuando cada país haga películas con fuertes raíces nacionales".

Ésta es la teoría de Chéreau: cuanto más enraizados en la tierra estén los filmes realizados en Europa, más posibilidades tiene de consolidarse el cine europeo. "Es bueno que las películas de Almodóvar sean muy españolas, del mismo modo que las mías son muy francesas", argumentó el director.Ceux qui m'aiment..., que se rodó el verano pasado y de la que ayer Chéreau mostró un fragmento en un pase para la prensa, narra la historia de un pintor septuagenario (Jean Louis Trintignan) que vive en París, quien, viendo llegar la hora de su muerte, decide ser enterrado en Limoges, su ciudad natal. Sus allegados le reprochan la decisión, porque habrán de desplazarse para visitar su tumba. Sin embargo, él la justifica por "motivos prácticos", ya que en el cementerio de Limoges su familia posee un panteón. Además, les espeta: "Los que me quieren cogerán el tren". De ahí proviene el curioso título del largometraje.

El tren

El tren es un elemento esencial en la película -una tercera parte, aproximadamente media hora, transcurre, en él-. La trama se inicia en la estación parisiense de Austerlitz, donde una comitiva- formada por amigos y familiares del pintor se dirige a su funeral. "Allí confluyen una serie de personas que se vuelven a encontrar al cabo de los años o que se ven por primera vez. Entre ellos se establecerán lazos; nacerán y morirán amores... Al final, una jornada que se presentaba terrible acabará siendo magnífica, todo gracias al entierro", desveló Chéreau, quien resumió así el significado del filme: "Un regalo del muerto a los vivos".Trintignan encarna al personaje central, el pintor, pero también a su hermano gemelo, ya que el primero muere. Además de él, figuran en el elenco otros muchos actores y actrices, hasta un total de 19. Valeria Bruni Tedeschi y Pascal Greggory, entre ellos.

Desde el punto de vista formal, Chéreau considera su último filme un reto. El motivo: por primera vez,ha rodado en formato cinemascope y gran parte de la cinta está filmada con la cámara al hombro del operador. En particular, las escenas en el interior de un tren real ,que ocuparon 12 días del rodaje. En estos momentos, Ceux qui m'aiment... está en fase de montaje y el director espera tenerla lista para exhibirla alrededor de marzo. La fecha remite al Festival de Cannes. Chéreau es reacio a admitir que la prepara con vistas al certamen. De hecho, confiesa, ni siquiera tiene claro que le gustase presentarla. "Todavía está por ver qué es lo mejor para la película. El festival suele ser muy difícil para los filmes franceses. La competición resulta violenta, aunque, por otro lado, es una plataforma que ayuda a la difusión", comentó el director.

Chéreau, metido de lleno en el cine desde hace unos años, piensa mantenerse alejado del teatro durante algún tiempo más: "No digo que no vuelva nunca más a hacer teatro, pero ahora lo que me fascina es el cine, y es lógico que quiera encadenar una película con otra y aplicar las cosas que voy aprendiendo" . De televisión, no quiere ni oír hablar. "En televisión hay que acabar un filme en 25 días, y eso yo no lo sé hacer", aseguró.

En cuanto a su sistema de dirección, Chéreau sostiene que "es similar en el cine y en el teatro, lo que difiere es el resultado". "El director", explicó, "tiene sobre el actor la ventaja de que puede mirar el personaje con distancia y tiene la posibilidad de enseñarle a ir más lejos que si fuese solo". A su juicio, el trabajo del director es como el del entrenador: "La función del entrenador es mejorar las cualidades de los deportistas, la nuestra es estimular al actor a que encuentre las contradicciones del personaje".

Su próximo proyecto es otra película de la que sólo tiene algunas "pequeñas ideas". "Digamos que tengo escritas tres frases", bromeó el cineasta.

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