La Comisión de la Verdad investigará si Winnie colaboró con la policía racista

La comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) investigará si Winnie Madikizela-Mandela colaboró con la policía del régimen de segregación racial, tras descubrirse que lo hicieron algunos de sus guardaespaldas. Seis antiguos policías serán convocados para testificar sobre esa posibilidad ante la misma CVR que trata de esclarecer la posible implicación de la ex mujer del presidente Nelson Mandela en crímenes perpetrados por ella o con su conocimiento en tiempos del apartheid.La posible colaboración de Winnie con el antiguo régimen saltó a la palestra después de confirmarse el viernes que dos de sus matones cobraron de la policía a cambio de información y que el sistema segregacionista utilizó a Winnie para desacreditar al entonces ilegal Congreso Nacional Africano (CNA).Jerry Ríchardson y Katiza Cebekhulu, ex guardaespaldas de Winnie, confesaron que fueron informadores de los cuerpos de seguridad de la época y ambos son ahora dos de los principales testigos en contra de Winnie, a la que acusan de inducir asesinatos.

Las relaciones entre Winnie y su entorno con los cuerpos de seguridad segregacionistas eran muy "intrincadas" y para desentrañarlas habría que preguntar a los agentes encargados entonces de vigilar a la sospechosa, recomendó a la CVR el actual director de la policía sudafricana, John George Fivaz.

Además de reconocer que se pagó la publicación de artículos contra Winnie en la prensa local e internacional, Vic Mc Pherson, ex director de un aparato de propaganda de la policía del régimen segregacionista, dejó entrever ante la comisión que fue frecuente el mercado de informaciones entre los guardaespaldas de la ex mujer del presidente y los policías que seguían sus pasos.

Si se confirmara que Winnie pagó o cobró de la policía racista, ya fuera para facilitar o para ocultar información, sufriría un duro golpe su aspiración de salir indemne de la actual comparecencia para proseguir una carrera política que aspira la lleve a la presidencia del país. Una Winnie colaboracionista con el régimen del apartheid la situaría al mismo nivel de las víctimas de cuya muerte se le acusa, a los que acusaba de ser confidentes.

La ex mujer del presidente perdería la autoridad moral que conserva ante los millones de desheredados del país, que hasta ahora han justificado esos crímenes porque el fin era lograr liberar a Suráfrica de un régimen político brutal.