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40.000 universitarios alemanes se manifiestan en Bonn en demanda de recursos

Helmut Kohl responsabiliza a los Estados federados de las dificultades financieras

Miles de estudiantes, llegados de diferentes regiones de Alemania, se concentraron ayer en Bonn para protestar por la penuria económica de la Universidad y en contra de la ley de reforma del sistema de enseñanza superior. El centro de la aletargada capital alemana quedó desbordado por la avalancha de jóvenes que llegaban en autobuses especiales o desembarcaban de los trenes de la estación central y, pancartas en ristre, hacían sonar carracas, pitos y zambombas en un clima de fiesta. Según las estimaciones de la policía, alrededor de 40.000 estudiantes se manifestaron en Bonn, lo que superaba la cifra prevista por los organizadores, que habían contado con unas 30.000 personas.

La protesta, que transcurrió disciplinadamente, consistió en una marcha por la ciudad, coronada con un mitin en el campus, frente al edificio central de la Universidad de Bonn. "La educación está cada vez más flaca y Kohl cada vez más gordo", señalaba una de las pancartas. Otras hacían alusión al eurocaza y reprochaban al Gobierno que se gaste dinero en armamento, en lugar de hacerlo en educación.La manifestación, que culminó una huelga comenzada la semana pasada, contó con el apoyo de las orgarnizaciones estudiantiles tanto afines a la Unión Demócrata-Cristiana (CDU), en el Gobierno, como a los socialdemócratas del Partido Social-Demócrata (SPD) y los verdes, en la oposición.

"El euro viene, la educación se va", era el letrero que exhibía Michael, un estudiante de Física de 23 años llegado de Frankfurt que dijo que vive con sus padres y contaba con un préstamo estudiantil de 600 marcos mensuales, de los cuales sólo tendrá que devolver la mitad. Michael se confesó. "todavía optimista" respecto a sus posibilidades de encontrar un trabajo al término de su carrera.

Ulf, un estudiante de Historia de Bochum, afirmó que los libros especializados que necesita no están en la biblioteca de su universidad y señaló que el problema de la falta de actualización de las bibliotecas y el envejecimiento de los fondos es generalizado en Alemania.

Con la excepción de la universidad Humboldt de Berlín, la huelga estudiantil no afecta, en general, a las universidades de los seis estados alemanes que constituyeron la República Democrática Alemana. Las condiciones allí, en lo que se refiere a la relación numérica entre profesores y alumnos y espacio disponible, son mejores que en la parte occidental, pero no es corriente que los jóvenes del occidente de Alemania, por su propia iniciativa, abandonen el confort occidental para estudiar en el Este.

Recelos contra la ex RDA

"Las viviendas son peores, se tarda en conseguir que le conecten a uno el teléfono y además nunca se sabe a qué se han dedicado los profesores en época de la RDA", manifestó un estudiante de magisterio de la universidad de Colonia, interpelado sobre si consideraría la posibilidad de estudiar en el Este. "Sería como ir al extranjero. Antes que ir a la RDA me iría a Austria o a Suiza", señaló un joven de Bochum.El canciller federal, Helmut Kohl, no se avino a las exigencias de los manifestantes para que recibiera a una delegación estudiantil, aunque la víspera había expresado sus simpatías con ellos. Sin embargo, el jefe de la cancilería, Friedrich Bohl, hizo saber que estaba dispuesto a dialogar con los representantes estudiantiles.Helmut Kohl considera que parte de las demandas estudiantiles son legítimas, aunque ha tratado de cargar la responsabilidad por la difícil situación Financiera de las universidades a las autoridades de los Estados federados.

A última hora de la tarde, un miembro del Gobierno se reunió con los representantes estudiantiles sin alcanzar ningún acuerdo. Las conversaciones seguirán la próxima semana. Los partidos políticos, por su parte, se han declarado solidarios con la protesta y algunos dirigentes del SPD se incorporaron a las filas de los manifestantes.

Las reivindicaciones estudiantiles tienen un amplio espectro y se concretan en la oposición a la ley de reforma del sistema universitario, cuya versión final debatirá el Parlamento en diciembre y que, de aprobarse, desatará las manos a las universidades, ahora gratuitas, para introducir tasas de matrícula.

Los estudiantes se quejan también de la escasez de profesorado, de la masificación de los cursos y del previsible empeoramiento de las ventajosas condiciones de los préstamos estudiantiles.

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