Los países ricos también lloran, pero menos
La información, las campañas de prevención y, sobre todo, el acceso a las terapias combinadas, están consiguiendo controlar el sida en los países ricos. En Norteamérica, Europa occidental, Australia y Nueva Zelanda, han disminuido tanto los nuevos contagios como la mortalidad, a causa de esta epidemia, según recoge el informe de ONUSIDA.Se calcula que en los países de la Unión Europea los nuevos casos de sida han descendido un 30% como media entre 1995 y 1997. La caída es más notable en aquellos donde la enfermedad ha estado ligada a la transmisión homosexual, mientras que es menos acusada cuando se relaciona con el uso de drogas inyectables. En España, con 47.698 casos registrados desde 1981, los últimos datos oficiales muestran una disminución del 9,5% en el último año, como también un descenso del 50% en la mortalidad.
Con todo, 30.000 nuevos europeos enfermaron de sida el pasado año y aún está por determinar el número total de seropositivos -infectados pero no enfermos- que existen en estos países. En España, oficialmente se cifran en torno a las 120.000 personas.
Los buenos datos en los países ricos agrandan la brecha ya existente, también en el sida, con las naciones en desarrollo. Allí las mortales estadísticas se doblan de un año para otro y, si es difícil la prevención, más difícil es la posibilidad de un tratamiento.
Las modernas terapias que están consiguiendo evitar la enfermedad cuestan, por ejemplo en España, un millón de pesetas anual por cada enfermo. ONUSIDA selló un acuerdo recientemente con las grandes compañías farmacéuticas que desarrollan estas terapias para conseguir acercarlas al Tercer Mundo.
El sida también ha puesto mucho más en evidencia la existencia de un Tercer Mundo dentro del primero. En el mismo país desarrollado no todas las poblaciones tienen las mismas condiciones de acceso a información y tratamientos.
En Estados Unidos, por ejemplo, se empezó a registrar una media de descenso de casos, aproximadamente de un 6% en 1996. Pero resulta que si sólo se mide la población afroamericana, ese mismo año aumentó un 19% entre los homosexuales. Y si sólo se mide la población hispana se produjo un 13% más de casos entre los hombres y un 5% más entre las mujeres.
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