Un pavoroso Incendio causa 16 muertos y 32 heridos en una cárcel del norte de Venezuela
La cárcel de Sabaneta, en la ciudad de Maracaibo, situada a 700 kilómetros al noroeste de Caracas, ardió ayer de madrugada cuando las llamas provocadas por un cortocircuito eléctrico arrasaron las celdas de tres pabellones dejando un saldo de 16 muertos y 32 presos heridos de gravedad. Según las autoridades penitenciarias, la tragedia ocurrió al colapsarse el sistema de cableado eléctrico mientras dormían los 80 internos que se encontraban en los pabellones afectados del penal, que en total alIberga a 2.000 reclusos. Era el segundo incendio fatal en Sabaneta.
Las chispas eléctricas se convirtieron en un voraz incendio que fue alimentado por las colchonetas y. cartones que utilizaban los presos para su descanso en las hacinadas celdas. En la desesperación causada por las llamas sólo un interno murió calcinado, pero otros 15 fallecieron asfixiados por el humo. El resto sufrió heridas graves por quemaduras. Los otros 142 supervivientes lograron salir de las celdas porque se apresuraron a romper los candados.Esta es la segunda vez que se produce un incendio fatal en el penal de Sabaneta. En enero de 1993, los motines entre indígenas de la tribu wayuú provocaron la quema con combustible de varios pabellones en los que murieron calcinados y decapitados más de 100 internos.
El año pasado, el fuego carbonizó a 25 presos en el penal de La Planta de Caracas. Las atroces fotgrafías de la tragedia dieron la vuelta al mundo, pero hasta el momento no se han depurado responsabilidades.
Una vez más, el hacinamiento de las cárceles venezolanas pone en entredicho la Política penitenciaria del Gobierno. Y ya no es por falta de recursos, porque el diputado Rafael Narváez, presidente de la subcomisión parlamentaria, afirmó que este año se le otorgaron 3.000 millones de bolívares (unos 870 millones de pesetas) al Gobierno regional de Maracaibo para resolver sus problemas carcelarios y se quejó de que éste no haya rendido cuentas del destino del dinero hasta ahora. "Pese a sus delitos, los presos tienen derecho a la vida", dijo.
El ministro de Justicia, Hilarión Cardozo, aseguró que el accidente eléctrico del penal. fue controlado a trempranas horas de la mañana de ayer y una comisión de la policía técnica judicial fue enviada al lugar para investigar lo ocurrido.En los últimos cuatro años cerca de 2.000 reclusos han muerto en las prisiones por motines, reyertas, ajustes de cuentas o incendios intencionados.
Los organismos internacionales y nacionales de los derechos humanos han denunciado las pésimas condiciones de las cárceles venezolanas sin que el Gobierno haya tomado medidas para corregirlas, salvo la de cambiar al ministro 'de Justicia cada vez que ocurre una tragedia de magnitud internacional.
Castigados antes del juicio
El fuego es un factor habitual de riesgo para los internos venezolanos. El informe Castigados antes del juicio, elaborado por Human Rights Watch, una organizacion de derechos humanos de EE UU, ha denunciado las 25 muertes de 1996 en la prisión de La Planta,, en Caracas. "Peligrosas, abarrotadas y físicamente deterioradas", como las define el informe, las cárceles venezolanas cuentan con un promedio de cuatro presos asesinados y más de 20 heridos cada semana. Uno de los principales problemas del sistema carcelario es la saturación: hay unos 24.000 presos en instalaciones preparadas para 15.000.Casi tres cuartas partes de los reclusos, añade el informe, no han sido condenados por ningún delito y no deberían estar encarcelados. De los 16 muertos de ayer en Sabaneta, sólo cuatro habían sido condenados.
Cuando no hay incendios por accidentes atribuibles a las instalaciones vetustas, el problema más grave es la violencia entre los presos o por parte de los guardias.
En conjunto, en 1996 hubo 207 asesinados y 1.133 heridos. El tráfico de armas "facilita la violencia" y el informe aporta este dato como muestra: en marzo de 1996, en una inspección en la cárcel de Sabaneta, se descubrieron 100 cuchillos y seis machetes. Seis semanas antes se había confiscado un revólver y una granada. Un ejemplo de la pérdida de control sobré los presos es la cárcel de Ciudad Bolívar, donde los autores del informe vieron a reclusos "paseando por los patios de la prisión con largos machetes en la mano y armas de fuego en sus cintos".
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