Proceso en Francia a la red islámica de apoyo al GIA
Treinta y ocho simpatizantes islamistas integrados en la red de apoyo a los activistas del GIA (Grupos Islámicos Armados) que en verano y otoño de 1995 sembraron de bombas el territorio francés se sentaron ayer en el banquillo de los acusados del Tribunal Correccional de París. El proceso es un anticipo del juicio que dentro de unos meses se desarrollará contra buena parte de los autores materiales de la ola de atentados que costó la vida a 10 ciudadanos e hirió a un centenar y medio.
El recuerdo de aquellos meses vividos bajo la psicosis de atentados, especialmente en los metros, en las estaciones y en los colegios, permanece hoy muy fresco en la sociedad francesa que continúa sin bajar la guardia. Buena parte de las medidas de prevención adoptadas entonces continúan todavían en vigor, de forma que las vallas que impiden a los vehículos detenerse ante los centros escolares y los carteles invocando a la vigilancia ciudadana han pasado a formar parte - del paisaje cotidiano en las capitales.
Los 38 acusados de haber prestado apoyo logístico al GIA son súbditos argelinos o beurs (franceses hijos de magrebíes) en su casi totalidad. La Fiscalía les acusa de haber pertenecido a la red islamista creada por el GIA en el área Chasse-sur-Rhòne y pide para una parte de ellos penas de 10 años de prisión bajo el cargo, idéntico al que se aplica a los activistas de ETA, de "asociación de malhechores".
Oficialmente, al menos, la policía francesa da poco crédito a los supuestos oficiales de los servicios secretos argelinos que han indicado que la campaña de bombas en Francia fue organízada por sus jefes.
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