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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El debate franquista

Recientemente, Vidal-Beneyto decía: "No hay identidad sin memoria. El precio más alto que pagamos los españoles por la entrada en la democracia fue el sepultamiento de la memoria colectiva". Así parece que está ocurriendo. Recientemente, el señor Herrero, en su programa El debate de la Primera, sobre un tema tan controvertido como ¿Qué fue del franquismo?, trajo como invitados a Ricardo de la Cierva, reputado historiador franquista que nos intentaba convencer de las maravillas del régimen dictatorial y su moderada y tibia represión sobre los republicanos vencidos; Gonzalo. Fernández de la Mora, ex ministro de Franco, que señalaba impacientemente que el nivel de vida era superior en el año 1975 que ahora en 1997 y que la libertad de prensa ya existía en los años del general gracias a la ley de prensa de Fraga Iribarne, del que, por cierto, todos hemos parecido olvidar su pasado franquista. Otro invitado era Gabriel Albiac, quien pretendía explicarnos, con todo desparpajo, cómo el felipismo había llegado a ser la última expresión del franquismo. A todo esto, García Trevijano nos confirmaba que una gran parte del país estaba feliz con la dictadura del general, que tanto hizo por que los españoles nos matáramos unos a otros. Por cierto, este señor necesita lecciones urgentes sobre qué es la democracia y qué es la Constitución. Para terminar el cuadro, aparecía el catedrático Juan Pablo Fusi, que no comprendo cómo se dejó llevar a esa encerrona reaccionaria.Como ven, un cuadro objetivo para hablar sobre una de las etapas más oscuras y siniestras de la historia de España. Definitivamente, estamos perdiendo la memoria. Si a todo esto unimos los deseos del señor Aznar de erigirse como heredero de Azaña y las continuas referencias de Anson y sus monárquicos, con su periódico al frente, sobre la "gran oposición" que ejercieron contra el fascismo -sería bebiendo whisky en Estoril-, obtendremos un panorama ciertamente de amnesia generalizada.Por cierto, ¿qué ha sido de aquellas portadas del periódico monárquico con Franco bajo palio y aquella línea editorial de apoyo indudable al general? Tenemos que aguantar que el señor Campmany nos dé lecciones de democracia, justamente él.

Para terminar, me gustaría presentarles a auténticos luchadores antífascistas, de esos que perdieron veinte años de sus vidas en las cárceles franquistas y a los que nadie invita a programas de televisión; todavía algunos siguen vivos. Por supuesto, los miles de muertos fusilados en las cárceles del régimen y que todo el mundo parece olvidar no pueden prestar su testimonio. Como nos descuidemos, dentro de poco nos dirán que la transición empezó en 1936. No perdamos la memoria, por favor, la historia está para eso. No soy un resentido, lo que no tengo es amnesia, que debe de ser un virus que este Gobierno de antecedentes tan "liberales" y tan "centristas" ha traído consigo-

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