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Un informe de la Asociación Médica Britanica defiende las propiedades terapéuticas del hachís

Isabel Ferrer

La Asociación Médica Británica es partidaria de despenalizar el consumo moderado de derivados del hachís para aliviar el dolor propio de la esclerosis múltiple o bien las náuseas asociadas a la quimioterapia contra el cáncer. Un nuevo informe elaborado por su comisión científica así lo afirma, solicitando además a los tribunales que muestren "compasión" ante los enfermos demandados por posesión de una droga ilegal.En su propuesta, el órgano que representa a la profesión médica británica Pone un ejemplo irrefutable. "También la morfina ha sido extraída del opio para usos científicos". El informe enumera además otras dolencias susceptibles de ser tratadas con hachís. El glaucoma (endurecimiento del globo ocular por aumento de la presión interna), el asma y la hipertensión aparecen en la lista. El dolor crónico en general, la epilepsia y la pérdida de peso asociada al sida también han sido incluidos. "Los tratamientos actuales para todo ello, en especial el dolor y la esclerosis múltiple, no dan buenos resultados. En cambio, los primeros análisis sobre las aplicaciones del hachís sugieren lo contrario", ha dicho Heather Ashton, experta en psicofarmacología clínica de la universidad de Newcastle y principal redactora del trabajo.

Elizabeth Ivol, una enferma de esclerosis múltiple entrevistada por el rotativo The Independent, constituye un ejemplo de la situación actual. De 50 años, aguarda en su domicilio la sentencia que puede llevarla a la cárcel por fumar hachís. En su caso, alivia los dolores y le permite recuperar cierta sensibilidad en sus miembros. Llegó a cultivar hasta 27 plantas en su propio hogar.

Conscientes del espinoso terreno que pisan, los médicos británicos han subrayado que no todos los pacientes reaccionan igual. Consumir hachís puro puede ser tan perjudicial como el tabaquismo. Es más, aquél puede alterar el carácter del usuario sin aliviar dolor alguno. "Pero mientras las pruebas sean un hecho, la evidencia médica actual justifica por lo menos un cambio de actitud", dice Vivienne Nathanson, miembro de la Asociación Médica Británica.

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