DE NUEVA ORLEANS A SANTANDER
Decir Walter Wolfman Washington es hablar de Nueva Orleans, la ciudad mestiza en cuyos bares y burdeles se tocó siempre el mejor jazz de la historia. Santander, derrumbado puerto de Castilla, donde W. W. Washington y su The Roadmaster inician el próximo día 20 su nueva gira europea, fue también, durante los años sesenta, un semillero de músicos capaces de jugar a cualquier juego: blues, jazz, soul y otros ritmos sin etiqueta, atados siempre a lo mejor que sonaba a orillas del Misisipí. Pongamos que se cita a Juan Carlos Calderón, pero hay muchos más. Y, entre los locales, el viejo y descuartizado Drink, decorado en jazz por otro de los calderones, el inagotable pintor Ramón Calderón. Pero Walter Wolfman Washington y su espléndido grupo de músicos se presentan el próximo jueves en una sala de solera incipiente, el club Rocambole, de la calle Hernán Cortés, donde Nani Lama, uno de los patrones del famoso Blues de la plaza Cañadío, está empeñado, de momento con éxito, en recuperar la vieja tradición jazzística de esa hermosa ciudad.-
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