La incógnita alemana
La gran incógnita de la cumbre es Alemania. El canciller Helmut Kohl se ha mostrado en el Bundestag muy refractario a cualquier esbozo de una política común de empleo. "Pero eso ha sido para su consumo interno y puede cambiar de actitud respecto a la [actitud negativa, de repliegue nacionalista] que mantuvo en Amsterdam", quiere creer uno de los dirigentes de la Comisión.A favor de ese optimismo jugaría que Kohl aprecia a Juncker como a un ahijado y no querrá provocar su fracaso en tan delicada situación. Kohl llama cariñosamente júnior a Juncker.
Si Alemania flexibiliza su postura, "los demás se allanarán", calculan en la Comisión Europea. En contra, juegan miles de indicios procedentes de Bonn. El incluso algo más que indicios.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.