El Istiqlal sufre un fuerte retroceso
La importante derrota electoral que acaba de sufrir el partido Istiqlal (nacionalista) abre una crisis en el seno de esta formación y puede modificar a corto plazo el mapa político marroquí. Por primera vez desde 1956, en un escrutinio directo y secreto, los electores han castigado duramente al partido que condujo la lucha por la independencia después de oponerse con éxito al derrocamiento del sultán Mohamed V en 1953.
En las elecciones de 1993, el Istiqlal obtuvo 43 diputados, y en las actuales, tan sólo 32, y ello a pesar de haber sido el segundo partido en número de votos (13,2%), por detrás de los socialistas, que con sólo el 14% de votos han obtenido 57 diputados. El escrutinio uninominal y una sola vuelta han penalizado al partido de Mohamed Bucetta, heredero del histórico Allal el Fassi.
Las elecciones regionales de hace unas semanas dejaron entrever la hecatombe que se avecinaba para el partido Istiqlal. De las 16 regiones en que se ha dividido el país, sólo obtuvo la presidencia de una, la de Tánger-Tetuán. Para Mohamed el Uafa, miembro del Comité Ejecutivo del Istiqlal, "es una catástrofe y una decepción".
El partido ha sufrido un duro golpe en sus reductos más tradicionales. En Fez, el virtual número dos del mismo, Mohamed Douiri, candidato a suceder en la secretaría general a Bucetta en el próximo congreso, no ha salido elegido. Tampoco lo fue Latifa Benani Smires, ex diputada y única mujer del Istiqlal en el anterior Parlamento, ni los riquísimos hombres de negocios y grandes barones del partido Abdelhak Tazi, Ahmed Kadiri y Miloud Chaabi.
El Istiqlal paga así la confusión interna que reina en el partido en los últimos anos, con el enfrentamiento de los tradicionalistas liderados por Douiri y los modernistas, a cuya cabeza se encuentra Abbes el Fassi ex embajador en Francia, que oportunamente prefirió no presentarse a los comicios.
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