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Entrevista:

"Estas catástrofes exigen que haya un mando único"

Javier Casqueiro

El presidente de la Junta de Extremadura lleva 15 años en un cargo que le apasiona pero del que, en su día, intentó huir. Tampoco ve clara la escapatoria. La política institucional le parece esclava a Juan Carlos Rodríguez Ibarra, de 49 años. Y las inundaciones de la semana pasada en Badajoz le han refrescado, además, un trauma familiar. Hace año y medio, en el pueblecito donde tiene su casa de descanso, junto a Olivenza (Badajoz), su mujer y su hija de siete años fueron succionadas casi de sus manos por una riada. Cayeron 190 litros por metro cuadrado en media hora. Creyó perderlas y atestigua que lo de volverse loco y subirse por las paredes no es una metáfora.Pregunta. ¿Por qué se apresuró a asumir toda la responsabilidad de la catástrofe de Badajoz, ocasionada por un fenómeno natural y sobre un territorio de jurisdicción fundamentalmente local?

Respuesta. Porque la experiencia del cámping de Biescas [87 muertos en el año 1996] indicaba que era necesario no entretenerse en discutir sobre dónde caían las responsabilidades y las culpabilidades, cosa que allí ocurrió durante tres meses. Yo creía que ese tema había que zanjarlo inmediatamente para trabajar dando la sensación de que las Administraciones estaban coordinadas, como efectivamente lo están, y así desde el momento en que dije que asumía toda la responsabilidad ya nadie la busca ni se culpa. También añadí que en Protección Civil hay un vacío legal que hay que intentar llenar, o por o menos darle una interpretación correcta. Protección Civil está ahora muy dividida en competencias municipales, autonómicas y nacionales. De tal forma que debería haber, y así se lo he transmitido al vicepresidente primero del Gobierno de España [Alvarez Cascos], un mando único para casos de ciertas catástrofes que se deben señalar y delimitar. Estas catástrofes exigen que haya un mando único. No puede ser que uno tenga sólo la competencia y no los instrumentos necesarios para ejercitarla. Ahí hay un vacío. El vicepresidente lo ha comprendido y el Gobierno está dispuesto a abrir un debate con todos los partidos y las comunidades para interpretarlo o para hacer una nueva legislación de Protección Civil que haga posible el mando único.

P. Tanto de estas palabras como de otras en las que usted confesó sus problemas para levantar aquella fatídica noche el teléfono y ordenar determinadas actuaciones se desprende cierta crítica o descoordinación con otras Administraciones. ¿Qué es lo que puede ordenar un presidente autonómico ante un escenario así?

R. Un presidente de una comunidad autonómica no tiene, cuando "levanta el teléfono, y he hablado estos días con unos cuantos, ninguna capacidad de dar órdenes nada más que a la Administración que preside. No puede ni dirigirse ni dar órdenes a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que tienen una importancia capital en este tipo de catástrofes, ni al Ejército ni a Delegación del Gobierno. Yo no estoy en una pelea por la competencia; sinceramente, para mí seria mejor que la ejerciera el Gobierno central, pero entiendo que una vez que estamos en un sistema de autonomías lo lógico sería que eso se centralizara en una sola cabeza. Pongo el caso francés, donde los alcaldes tienen todas las competencias. Aquí eso no ocurre; tie nes que buscar intermediarios. Y si, como el otro día, te quedas incomunicado telefónicamente, no tienes ni la posibilidad de pedir una autorización al ministro de Defensa o al de Interior.

P. ¿Esa capacidad que la ley de Protección Civil sí le da para instar a otra autoridad a que actúe la llegó a ejercitar?

R. No, lo que hice fue irme a la Delegación del Gobierno, que es donde se había montado el operativo, y ponerme junto con el delegado a intentar coordinar la situación. Pero fíjese que si no me voy allí en cuanto puedo, cuando la carretera queda libre para pasar, aun teniendo la competencia no podría hacer nada porque todas las fuerzas estaban ya operando a las órdenes del delegado.

P. ¿De la Delegación nadie le llamó para coordinarse con usted?, ¿a que hora se desplazó allí?

R. Nadie llamó de la Delegación a la Presidencia de la Junta. A las cinco y media de la madrugada nosotros llamamos allí, a las nueve y media pude hablar con el delegado a través de la Cadena SER y a las diez y media de la mañana llegué a Badajoz cuando la autovía quedó libre.

P. ¿Le parecería bien que fuese el delegado del Gobierno ese mando único que reclama o preferiría ser usted?

R. En esta ocasión el suceso más dramático pasó en dos poblaciones muy cercanas, Badajoz y Valverde de Leganés, pero imagínese que hubiese pasado en 15 poblaciones distantes 300 kilómetros unas de otras. Parece sensato que la comunidad autónoma sea la que coordine esto, como ocurre con los incendios, y desde entonces el nivel de incendios va descendiendo porque tenemos más capacidad de movilizar efectivos propios.

P. ¿Parece que a raíz de este suceso cierta derecha ha encontrado una excusa para arremeter contra el líder de uno de los feudos sagrados que le quedan al PSOE?

R. Pues sí, porque ha habido artículos de algunos que casi están fuera del sistema que no tenían como objetivo analizar lo ocurrido, sino sencillamente hacer un ataque a los socialistas y a mí personalmente. Quizá haya un ajuste de cuentas. Pero es que yo creo, honradamente, que siempre ha habido una derecha que ha intentado eliminar a los socialistas. Cuando han podido lo han hecho físicamente, y cuando no lo intentan moralmente. El caso es eliminarnos. Y sí 23 muertos eran un instrumento para matar moralmente al presidente de la Junta, no han tenido ningún inconveniente en utilizarlo.

P. ¿Cómo va a compaginar el deseo mayoritario de los vecinos por seguir en las zonas no inundables de Cerro de Reyes con que esto no se repita?

R. Si los vecinos quieren salir de allí cuanto antes, y yo quiero que salgan de allí cuanto antes, no pueden elegir terreno. Si tenemos que buscar terrenos donde ellos lo deseen, cerca de su hábitat natural desde hace 50 años, se puede conseguir, pero retrasando la operación que se propone y será mucho más caro.

P. Lo que se va a hacer ahora, ¿por qué no se hizo hace un año?; se hubiera evitado la tragedia.

R. Ni siquiera los vecinos eran conscientes de esa situación. Pedían que se tapara el canal, el río Calamón, y se hiciera un gran parque encima. Es verdad que ha habido que esperar a que haya habido 23 muertos para tomar conciencia de esa situación, pero antes nadie lo pidió, e incluso ahora hay vecinos que no quieren salir de allí.

P. ¿Todavía puede el PSOE atravesar un momento peor que el actual tras los últimos varapalos políticos y judiciales?

R. Yo creo que sí. Podemos ir a peor si no somos capaces de hacer un discurso que todo el mundo entienda y que sirva para un región o para otra independientemente de que beneficie o, perjudique a una u otra región. Ultimo ejemplo: la deuda sanitaria. Si el Partido Socialista considera un error las medidas que va a tomar el Gobierno de tal forma que las comunidades autónomas con competencias sanitarias se lleven un 78% del dinero y las del territorio Insalud solamente un 22%, cuando su población es un 48% del total, y si eso beneficia a Andalucía y por estar gobernada por el PSOE el partido no es capaz de hacer un discurso oponiéndose a esta injusticia flagrante, el Partido Socialista no va a. levantar cabeza. Sencillamente, porque será un partido de ámbito nacional pero con intereses muy parcializados. O buscamos un discurso en el que todo el mundo entienda que votando PSOE tiene garantizadas una serie de medidas que certifiquen una solidaridad entre los ciudadanos de toda España y entre los territorios o por el contrario vamos a ser siempre ganados por los nacionalistas.

P. Esta indefinición del PSOE ante el fenómeno de los nacionalismos no está facilitando una victoria sobre el PP en próximas elecciones...

R. No lo sé. A mí ahora no me preocupa ganar o no las elecciones. Lo que sí me parece peligroso es que la situación que vivimos en España está haciendo posible que en determinados territorios ya sólo empieza a tener sitio un solo partido nacional. En Cataluña el PP no tiene sitio, en Galicia hemos visto que el PSOE empieza a perderlo, en el País Vasco ya se habla del PSOE como tercera fuerza. Si esto se repite, dentro de 20 años no sé lo que va a ser España y desde luego no sé quien va a poder gobernarla. Porque gobernar con el apoyo de un partido nacionalista es conducir al país al fracaso. Los partidos nacionalistas no nacieron con vocación de bisagra y ésa es la razón por la que pido una modificación de la ley electoral. Un partido nacionalista tiene la vocación de conseguir a largo plazo la independencia y, de manera más inmediata, beneficios para su territorio. O modificamos la ley o aquí habrá un partido de ámbito estatal que empezará a desaparecer.

P. ¿Cuándo acabará de pagar el PSOE los errores de su última legislatura en el poder?

R. Con el Gobierno del Partido Popular no se van a acabar nunca. Ahora mismo se pide una comisión de investigación para la Expo. Yo creía que en cualquier parlamento democrático del mundo estas comisiones se hacían para controlar al Gobierno y no a la oposición. El hecho de que el PP no ganara con mayoría está haciendo que siga habiendo una caza y captura contra el PSOE. Hay que comenzar a denunciar la operación de acoso y derribo. El otro día lo decía Joaquín Leguina, ya sin mucho mérito, sobre el senador Carlos Piquer. Si lo hubiéramos dicho antes, a lo mejor no se hubiera suicidado. Es que estamos participando todos, incluido el Partido Socialista, en el linchamiento colectivo del PSOE. Estamos poniendo la eficacia electoral por encima de la ética del partido.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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