El embargo a Irak

Por razones personales y sobre todo profesionales, sigo con gran interés las noticias relativas a Irak y el embargo decretado en contra de ese país por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, que afecta, como todos los embargos, básicamente a la población civil. Desgraciadamente, no puedo colmar mi curiosidad a través de los medios de comunicación, ya que Irak raramente es noticia. El peor castigo para los iraquíes es el olvido al que el resto del mundo les hemos sometido durante los siete largos anos que ya dura este cruel embargo y, quizás aún peor, la tergiversación y el sesgo de las noticias que de allí nos llegan.El lunes pasado su periódico le dedicaba un interesante y valiente editorial en el que ponía de manifiesto que los intereses de las grandes potencias, capitaneadas, cómo no, por EE UU, era el telón de fondo del mantenimiento de esta nueva versión de la guerra fría que es el embargo. El embargo, que se justifica como presión para que Irak desmantele su arsenal de armas de destrucción masiva y para forzar su democratización, sirve en realidad tan sólo para que los iraquíes pasen hambre y centenares de miles de ellos, especialmente mujeres y niños, enfermen y mueran. No justifico la permanencia en el poder de un dictador, pero recuerdo que son muchos los que hay en el mundo, y la mayoría con el beneplácito, si no con el apoyo, de Occidente.

Durantes estos días, Sadam desafía de nuevo a EE UU. Quizás esta situación sirva para que los que tienen la posibilidad de decidir se convenzan de que no es justo que mueran tantos inocentes.-