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El jefe de la fórmula 1 se niega a cobrar el cheque que le devuelva Tony Blair

Bernie Ecclestone, el multimillonario presidente de fórmula 1 que está en el centro del embrollo de donaciones que afecta al Gobierno de Tony Blair, desmintió ayer haber efectuado un segundo pago al Partido Laborista. En una carta al director del diario británico The Times y en una serie de entrevistas, Ecclestone también pidió al presidente del Comité parlamentario de Normas Públicas, Sir Patrick Neil, que permita a los laboristas mantener su donación preelectoral de un millón de libras esterlinas (245 millones de pesetas)."Tengo derecho a hacer donaciones al partido político que me parezca. Lo contrario implicaría que he hecho algo mal y eso es una grosera, ofensiva e irracional restricción de mi libertad", dice la carta. Ecclestone advirtió que si le devuelven el dinero se negará a cobrar el cheque. Blair ha anunciado que se lo devolverá.

Sumido en su peor crisis desde que llegó al poder, en mayo, el Partido Laborista ha sido instado a devolver el dinero a Ecclestone, que lo dio a los laboristas como una contribución a su exitosa campaña electoral. El Gobierno de Blair eximió a fórmula 1 de la prohibición de hacer publicidad para las tabacaleras. La oposición tory acusa a Blair de corrupción y tráfico de influencias.

Blair, que niega haber cometido infracción alguna, anunció el miércoles medidas para examinar la espinosa cuestión de las contribuciones particulares a los partidos políticos y analizar su efecto en la vida pública. Ecclestone también desmintió ayer informes según los cuales hizo contribuciones a los tories de más de 10 millones de libras esterlinas. "Eso es un millón por ciento de falsedad", declaró cuando se le preguntó si, como aseguraba la prensa del jueves, había ofrecido medio millón adicional a los laboristas. Ignorando la creciente presión para aclarar sus propios mecanismos de financiación, portavoces del Partido Conservador de William Hague se abstuvieron de revelar la identidad de sus benefactores.

El escándalo que está comenzando a apoderarse de las filas laboristas a raíz del caso fórmula 1 se hizo evidente ayer cuando la ministra de Salud Pública, Tessa Jowell, canceló en el último momento su aparición en la ceremonia anual de premios a los fumadores que han abandonado el hábito. Su oficina dijo que la ministra debió alterar su calendario por "motivos imprevistos".

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