Primer síntoma de alivio en la ONU después de la escalada
La decisión de Bagdag de aplazar al menos 48 horas la expulsión de los inspectores estadounidenses encargados de supervisar el cumplimiento del programa de desarme del gobierno de Sadam Husein ha sido el primer gesto conciliador en una semana de tensión creciente en la que no se habían dado hasta el momento muestras de flexibilidad.
La Casa Blanca recibió la noticia positivamente, pero con la habitual cautela reservada a todo lo relacionado con Sadam Husein. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no se reunió ayer, pero el lunes por la noche había respaldado la iniciativa de Kofi Annan de enviar a tres representantes a Irak para que convencieran a Sadam de que debe someterse a las resoluciones de inspección de armamento.
Hoy se esperaba que llegaran a Bagdad los tres enviados de Annan que van a intentar desbloquear la situación. "Su mandato no es negociar, sino convencer a Irak de que tiene que cooperar", dijo el secretario general de la ONU.
Annan habló ayer con el primer ministro iraquí, Tarik Aziz, para intentar prorrogar el ultimátum por lo menos durante los días que se extienda esta visita. Un equipo multinacional de Naciones Un¡das inspecciona los arsenales iraquíes desde el final de la guerra del Golfo, pero la semana pasada el Gobierno de Sadam suspendió esas inspecciones y ordenó la salida del país de siete estadounidenses de esa misión, al tiempo que prohibía la entrada de otros dos.
Embargo económico
Sadam cree que estos inspectores son espías, cuyo objetivo es mantener el embargo económico contra Irak, mientras que la ONU sospecha que el líder iraquí oculta misiles de largo alcance y arsenales de armas químicas. Sadam también amenazó el lunes con derribar los aviones de reconocimiento U-2 que la ONU planea despachar a Irak hoy y el viernes. Bill Richardson, el embajador de EE UU ante Naciones Unidas, calificó ese gesto de amenaza irresponsable y dijo el lunes que Irak está "llevando la situación al límite".Rusia y Francia, en su calidad de miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, difundieron en París un comunicado conjunto en el que hacen un llamamiento urgente a las autoridades iraquíes para que cesen en sus desafíos al Consejo de Seguridad y permitan la labor de los inspectores. Moscú y París han subrayado hasta ahora la necesidad de mantener la calma en la nueva crisis iraquí y se han mostrado contrarios al uso de la fuerza.
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