Gran demanda de máscaras antigás en Israel

Las crisis con Irak siempre sobrepasan sus fronteras. Israel, que durante la guerra del Golfo vivió situaciones de pánico colectivo por posibles ataques iraquíes con armamento químico, es, de nuevo, víctima de su situación geográfica. El diario hebreo Yédiot Aharonot informaba ayer de que una media de 6.000 israelíes acuden desde hace días a los centros de distribución de máscaras antigás para comprobar su estado y, en todo caso, cambiarlas por modelos más modernos. Este ritmo de afluencia es tres veces superior al de hace un mes, antes de que estallara la crisis de los inspectores en Bagdad.

Durante la guerra del Golfo, Irak disparó cerca de 40 misiles tipo Scud de fabricación soviética contra Israel, causando escasas víctimas y daños materiales. Estos misiles de medio alcance tienen capacidad teórica para portar cabezas químicas o bacteriólogas -aunque los misiles que lanzó contra Israel no llevaban estas cargas- Se sospecha que Irak no ha eliminado del todo estas armas de sus arsenales.

Por otra parte, la reunión de ministros de Defensa de los países del Consejo General del Golfo (Arabia Saudí, Kuwait, Bahrein, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Omán), aliados todos de EE UU durante aquella contienda, trató ayer el asunto de Irak, al que considera, además de Irán, su principal amenaza militar. Estos países se oponen, al menos en su discurso público, a una intervención contra Sadam. Sin embargo, en la reunión de ayer en Dubai (Emiratos Árabes Unidos) abogaron por una mejora del sistema de alarma temprana denominado Escudo de la península, para responder en el caso de una agresión exterior.

Irán, enemigo de Irak desde la guerra del estuario del Chat el Arab, y compañero en las listas de enemigos públicos números uno de EE UU, aboga por una solución pacífica a la crisis. Radio Teherán coloca a Washington y a Bagdad en el mismo nivel de obstinación, haciendo a los dos copartícipes de la grave situación creada.