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Reportaje:

"Buscadme un lugar"

Sus amigas empezaron a sospechar lo peor: sus padres nunca dejaban ir a esa niña a las excursiones del colegio, y un día su piel cubierta de moretones y otras marcas la delató. Lo más que decía esa desdichada niña era que se había caído. Entonces sus amigas llamaron al Teléfono del Menor (900 20 20 10), de la Fundación Nuestro Hogar (ANAR), y denunciaron el caso.

Este teléfono ha recibido hasta agosto de este año 667.517 llamadas de toda España. "Es la realidad del maltrato y el abuso contado por los propios niños", dice su directora, Paloma Cabello, "es el primer lugar a donde se dirigen". El grito más escuchado es: "Buscadme un lugar donde vivir, no puedo más y me he ido de casa, pero si vuelvo me mata". A menudo arrastran, además, un sentimiento de culpabilidad. Su padre le maltrata, y su madre, que lo sabe, se calla. Su conclusión: ¿Qué pasa que es malo contarlo?". También emerge otro temor: "Si denuncio a mi padre y va a la cárcel, ¿qué será de mis hermanos? ¿Qué comeremos?".

Más información
El lado perverso de los adultos contra los niños

Hay otro tipo de maltrato, el psicológico, que es más común entre las clases profesionales, según Cabello, cuando el niño dice: "Mi madre me ha dicho que ojalá hubiera abortado, que por mi culpa pasa lo que pasa en casa".

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