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Rato explica a CiU que la desviación de gasto es la menor en 10 años

La carta que envió la pasada semana a CiU el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, en torno al polémico informe Barea ha servido a los socios nacionalistas del Gobierno para dar el asunto por zanjado. En ella, Rato explica que las modificaciones presupuestarias de 607.200 millones de pesetas son las menores de los 10 últimos años; es decir, son inferiores a las de los Gobiernos socialistas.

Finalmente, los pagos realizados superarán en 320.000 millones de pesetas a lo previsto, gracias a que en el algunos capítulos, sobre todo los de inversión, no se gastará todo el crédito disponible. La mayor desviación se producirá en la deuda pública y en las transferencias.Rato tuvo que dar explicaciones a sus socios nacionalistas tras la situación comprometida en que le colocó la difusión del informe del jefe de la Oficina del Presupuesto, José Barea, en el que denunciaba un "déficit oculto" de 600.000 millones de pesetas. La nota del Gobierno, según la cual Barea rectificó a las 24 horas con un segundo informe, sembró todavía mayor confusión.

El presidente de la. Generalitat, Jordi Pujol, pidió explicaciones al respecto, lo que dio lugar a un pormenorizado informe del vicepresidente, remitido a CiU la pasada semana. A raíz de esas explicaciones, los socios del Gobierno se han dado por satisfechos, hasta el punto de considerar innecesaria la remisión del segundo informe Barea al Congreso, tal como piden los socialistas.

En su carta, Rato critica que el "único argumento" de los socialistas durante el debate de los presupuestos de 1998 (celebrado los pasados días 22 y 23 de octubre) haya sido la difusión de ese informe. También rechaza, aunque sin referirse directamente a él, el principal argumento que utilizó Barea para decir que hay "falta de rigor" en el gasto. Según la opinión inicial del responsable de la Oficina del Presupuesto, el Gobierno se apoya en "circunstancias ajenas a la Administración española" para aumentar su potencial de gasto.

"Quiero subrayar que el ajuste en el gasto no se produce por circunstancias ajenas a la Administración española", dice Rato. "Cuando se elaboraron los Presupuestos de 1997, ya se contaba con los nuevos criterios de Eurostat [la oficina estadística de la Unión Europea] para diseñar una política presupuestaria que permitiera el cumplimiento del objetivo de déficit mediante ajuste en el gasto y que, en ningún caso, dependiera de una mejor recaudación de la prevista".

Gasto sostenible

En concreto, añade, "como consecuencia de la nueva política de empresa pública de este Gobierno, no se asumieron deudas de empresas públicas que, con los nuevos criterios, habrían supuesto un mayor gasto para el Estado. Por otra parte, se consideró la nueva contabilización de intereses para definir la estrategia de financiación del Tesoro, de forma que se trasladara lo antes posible al Presupuesto la reducción de los tipos de interés".Reducción que "como usted bien sabe", añade el vicepresidente, "es el resultado de la aplicación de nuestra nueva política económica y de la credibilidad que ella inspira en los mercados financieros". Es más, continúa, "dado que la ejecución se estaba ajustando a las previsiones, hemos realizado una política financiera decidida que favorezca la sostenibilidad del gasto en deuda pública en el ejercicio actual (con una. mayor reducción de los gastos financieros) y ejercicios futuros.

Además de argumentar en contra de Barea, la misiva de Rodrigo Rato arremete contra la gestión presupuestaria del PSOE cuando estaba en, el Gobierno. "Las modificaciones de crédito en relación al presupuesto inicial [los 607.000 millones] son las más bajas de los 10 últimos años, exceptuadas las de 1995, si bien hay que recordar que en este ejercicio se generaron insuficiencias presupuestarias por importe de 721.000 millones de pesetas que tuvieron que regularizarse en 1996 y que deberían haber sido modificaciones de 1995".

En efecto, según datos de la Intervención General del Estado, las modificaciones efectuadas para cubrir gastos imprevistos o por insuficiente dotación inicial fueron superiores en años anteriores. El año del relevo entre Carlos Solchaga y Pedro Solbes al frente de Economía, 1993, esa cantidad llegó al récord de 2,3 billones. Solbes sacó a la luz gasto embalsado por su antecesor, igual que hizo Rato con Solbes.

Esos 607.000 millones se compensan, en parte, con menores gastos en algunas partidas respecto del crédito total disponible, especialmente en inversiones. El resultado es que los pagos finales serán superiores en 320.000 millones de pesetas a lo previsto inicialmente, según las estimaciones oficiales. Las causas de esta desviación están, sobre todo, en la deuda pública, por amortización anticipada para aprovechar el descenso de tipos de interés y la nueva, contabilidad que permite la UE.

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