_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Saldos Arías

EL MINISTRO de Fomento, Rafael Arias-Salgado, insiste en superarse a sí mismo en la carrera del disparate. Todo indica que va a ser el ganador, pese a la gran competencia existente en el actual Gobierno. Y resulta conmovedor comprobar que lo hace de manera perfectamente involuntaria. La última joya con que ha obsequiado a la ciudadanía es su explicación sobre el fracaso de su iniciativa, lanzada en diciembre pasado, de hacer de la base militar de Torrejón de Ardoz una especie de aeropuerto alternativo a Barajas, dada la saturación de éste.Puede tener razón el ministro cuando dice que un aumento del tráfico en Barajas podría afectar a la seguridad. Pero es algo estrambótico que eche las culpas del fiasco de la opción de Torrejón a las compañías aéreas, como si éstas, tan desagradecidas, hubieran dejado escapar una oportunidad dorada al negarse a utilizar un aeropuerto sin instalaciones, sin accesos y sin perspectivas. La única compañía que operaba en Torrejón era Air Track. Ha dejado de hacerlo. Los 300 millones invertidos en Torrejón para vuelos civiles se pueden dar por perdidos. A las compañías aéreas se les puede pedir calidad, servicio y puntualidad. Pero no martirologio. Y a los viajeros mucho menos. Por eso urge que se acometa la ampliación de Barajas y que el ministro reconozca que sus remiendos improvisados no tienen futuro. Echar a las compañías aéreas la culpa de este fracaso rotundo sólo revela su incapacidad para asumir una verdad irrebatible: que el ministro, una vez más, se ha equivocado.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_