Una película de dos quijotes negativos
Carreteras secundarias es una película que "refleja la historia de personajes secundarios, de los que nunca son protagonistas; de los de la parte de atrás de la cocina. Un road movie de dos quijotes negativos, de un padre y un hijo en una época crucial de nuestro país", según su director, Emilio Martínez-Lázaro.
El largometraje es la excusa del realizador de Los peores años de nuestra vida "para encasillar la vida atípica de dos personas, padre e hijo, con una relación muy ácida al principio pero que, una vez evoluciona, se hace cordial y de compañeros". Carreteras secundarias ha supuesto para Martínez-Lázaro "una vuelta a los viajes interiores con destinos desconocidos, todo ello bajo un escenario y unos protagonistas que cambian constantemente. Incluso en su forma de ser".
La época que refleja la película, el final del franquismo con los movimientos sociales y estudiantiles en las calles españolas, es para el director madrileño "un telón de fondo en el que por sus características permite el que se produzcan situaciones no posibles en estos años; personajes que viven de un pasado que desvirtúa y anula su presente".
La narración
Precisamente esta cuestión es para el director el principal problema que se le planteó a la hora de llevar a cabo el largometraje. "La narración era lo que más me preocupaba. Cómo contar una historia que tenía que tener tantos momentos elípticos, avanzar a grandes saltos y al mismo tiempo con personajes que aparecían con una gran intensidad dramática y 10 minutos más tarde desaparecían y no volvía a vérselos en la película. "En cualquier caso", señaló ayer Martínez-Lázaro, "creo que lo he conseguido, me he acercado al drama sin renunciar a los momentos divertidos".Respecto a los personajes, Martínez-Lázaro tuvo claro desde el principio "que Antonio Resines tenía que tener el principal papel. Leía el guión y sus diálogos y me parecía estar oyéndolo". Poco después "se me ocurrieron los papeles de las dos chicas, Maribel Verdú y Miriam Díaz-Aroca", afirma el director. "Con Fernando Ramallo me pasó algo parecido a Resines. Siempre supe que eran esos los personajes y los actores
Emilio Martínez-Lázaro no quiso hacer una comedia romántica con Carreteras secundarias: "Quise hacer algo muy distinto a lo que había hecho hasta ahora y apartarme un poco del guión de Los peores años de nuestra vida. Espero que esto no suponga el que me encasillen en las historias de padres e hijos a pesar de las similitudes que mantienen en este sentido los guiones de ambas películas".
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