Justicia sólo concede una de las cuatro secciones que necesita la Audiencia
El Ministerio de Justicia sólo prevé construir en 1998 una de las cuatro secciones que desde hace dos años viene reclamando "con urgencia" el presidente de la Audiencia Provincial de Madrid, José María Gil Sáez. Esta nuevasección o tribunal (integrado por tres jueces) comenzará a rodar el próximo año y se dedicará a resolver temas penales. Los jueces penales de la Audiencia están agobiados de asuntos: ahora mismo están redactando casi el doble de sentencias de las que razonablemente debían.
La creación de este tribunal será simultánea a la inauguración de la nueva sede de la sección penal de la Audiencia de Madrid, ubicada en la avenida de la Ilustración. La actual sede se halla en la calle de Cartagena. Si no surge ningún impedimento, el traslado de sede se producirá entre los próximos días 10 y 20 de diciembre.La creación de una única sección penal es un simple remiendo dado el exceso de trabajo que afecta a esta jurisdicción. Justicia tenía previsto que el nuevo tribunal se dedicase a resolver asuntos civiles, pero el presidente de la Audiencia ha pedido que se destine a enjuiciar temas penales. Y lo ha pedido así por "el extraordinario aumento de la carga de trabajo" que ha supuesto para estas secciones "la reforma del artículo 14 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal". Su petición ha sido atendida, según fuentes jurídicas. Eso significa que la sección civil de la Audiencia (situada en la calle de Ferraz, y en la que los retrasos en la resolución de asuntos alcanzan los dos años) se quedará, de momento, a dos velas.
La reforma de ese artículo, con motivo de la promulgación de la Ley del Jurado, ha supuesto, efectivamente, un descomunal aumento de la carga de trabajo. Antes de reformarse, los delitos que llevaban aparejadas penas de hasta seis años (entre ellos, los robos con intimidación, los que suelen dar más traba o a los jueces) eran competencia de los juzgados de lo penal (situados en la plaza de Castilla). Con la reforma, los delitos con penas superiores a los tres años pasaron al ámbito de las audiencias provinciales. La reforma tuvo, pues, un doble efecto: casi vació de contenido a los juzgados penales (dirigidos por un único juez) y sobrecargó a las audiencias. "Es anormal que un simple robo tengan que estudiarlo tres jueces", señaló una magistrada.
El presidente Gil Sáez ha pedido que se vuelva a reformar ese precepto en el sentido de que las audiencias sólo se hagan cargo de los delitos que impliquen penas superiores a los cinco años. Mientras se reforma o no ese precepto, la situación en la sección penal de la Audiencia seguirá acercándose al caos. Los jueces están desanimados. La Audiencia tiene competencia para juzgar delitos muy graves, en los que los ciudadanos se juegan muchos años de libertad.
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