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Plácido Domingo: "A veces tengo estrés, pero lo venzo con siestas y entusiasmo"

El tenor recibe un homenaje en Madrid y presenta dos discos y nuevos proyectos

Plácido Domingo fue homenajeado anoche en Madrid, su ciudad natal (1941), por la Fundación Independiente, que lo nombró Español Universal. Es probablemente el tenor más apreciado del mundo pero no se conforma con eso. Dice que le va la marcha" que el peso de las cosas depende del tamaño de la espalda -"y yo la tengo bastante grande"- y que sí, que tiene algo de estrés alguna vez: "Pero lo venzo a base de siestas y entusiasmo". Su agenda rebosa como siempre: al reciente estreno de Divinas palabras une la presentación de dos discos -De mi alma latina, 2 y un homenaje a Joaquín Rodrigo en el que dirige la orquesta y la guitarra de Manuel Barrueco y un alud de nuevos proyectos e ideas

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En buena compañía

Además de interpretar "unas 60 óperas al año",, de ser director artístico de la Opera de Washington, de llevar la asesoría en la de Los Ángeles, de continuar, en los ratos libres, la infinita gira de los Tres Tenores y de acabar de rodar un documental sobre Parsifal, Plácido Domingo sigue estudiando ofertas, rumiando nuevos quehaceres y desbordando la vitalidad e ilusión de un principiante.Reconoce que, a veces, cuando está de vacaciones, se para y piensa '¿Cómo es posible que hagas todo lo que haces?', pero eso sólo dura un par de días: "En cuanto me pongo a jugar al pádel con mis hijos ya estoy en marcha otra vez". Y si se le sugiere si no debería dosificarse un poco, sonríe con cara de cansancio y exclama: "Cada uno está acostumbrado a vivir de cierta manera... ¡Y a mí me va la marcha!"

Malos tiempos

Es simpático y afable. Ha estado en las radios por la mañana, luego en el Telediario, y a las 16.30 llega al hotel donde presenta los discos y sigue sonriendo y dando la mano a todo el mundo, mucho más cercano que divino, mientras pide excusas con su leve acento mexicano -se crió allí por el "retardo". Viene, sin bigote, junto al guitarrista cubano estadouniense Manuel Barrueco, coprotagonista del disco que han dedicado a Rodrigo. "Es un intérprete nuevo y magnífico con el que ha sido un gran placer compartir la grabación", dice, y luego explica que ha tomado la batuta para dirigir por primera vez el Concierto de Aranjuez -con la Philharmonia Orchestra y que por necesidades de minutaje han completado el CD con la Fantasía para un gentil hombre y varias canciones de Rodrigo, cantadas sólo con guitarra también por primera vez. ¿Le ha hecho esa experiencia apreciar más el flamenco? "Ha sido difícil, porque no es igual cantar casi desnudo que arropa do por 80 músicos. Del flamenco me gusta el baile y la guitarra, porque cuando oigo a los cantaores me duele horriblemente la garganta. Parece que se la van a romper, es increíble que puedan rasgar así la voz". Son malos tiempos para los discos clásicos, agrega el tenor.Casi no se graban óperas, y lo que se hace se vende mal y poco, a pesar de los esfuerzos de las discográficas y la calidad de los cantantes. No cree que sea culpa de esa incansable carrera de los divos de hoy, cantar aquí hoy y allá mañana... "Tal vez es que los aficionados tienen ya todo en CD y no necesitan más". Quizá por eso, allí, tras él, está el cartel del otro disco, De mi alma latina 2, que salió en mayo y en el que Domingo compite con Julio Iglesias: rancheras -Volver, El rey...-, bolerazos -Sabor a mí, Un minuto de amor...- y éxitos de ayer, hoy y siempre como Fina estampa, Obsesión o Guantanamera. Domingo está muy contento porque estos días se han vendido dos mil o tres mil ejemplares, a raíz, cree, de la expectación suscitada por su estancia en Madrid para el estreno de Divinas palabras. "La reacción de prensa y público ha sido muy positiva, pero no delirante. No es cosa de criticar al público madrileño, que ha estado muy castigado todos estos años y le gusta demostrar su conocimiento en el teatro, seguir las romanzas, aplaudir cuando debe aplaudir... Pero eso no es posible con una ópera nueva. Aunque llegará cuando se haga una ópera de repertorio popular, tipo Carmen o Tosca".

Emoción y nostalgia

Él volverá a finales del 99 con Sansón y Dalila, y querría hacerlo antes, si se puede: "Siento una mezcla de emoción por haber cantado en el Real y de nostalgia por no haberlo hecho en los 10 últimos años".Pero lo principal es seguir adelante: prepara El profeta, de Meyerbeer; La dama de picas, de Chaikovski; Peter Grimes, de Britten, y Luna, de José María Cano. "Quiero hacer al menos una cosa española importante cada año. Llevar la zarzuela a Latinoamérica con jóvenes de aquí. Seguir programando a españoles en Washingliton y Los Ángeles..."Una voluntad de hierro "No es tanto cuestión de eso como de mantener el equilibrio mental. A veces me cuesta seguir, el estrés me deja ronco, pero sé recuperar bien. Mi vida es casi toda música y sé que re nuncio a cosas. Pero no se puede tener todo. Y la mía es una elección a placer".

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