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Reportaje:VA DE RETRO

El hombre del 'Contamos contigo'

Carlos Gutiérrez puso en marcha el primer polideportivo madrileño, el gimnasio Moscardó, que sera reformado

A finales de los años cincuenta, el pediatra y profesor de Educación Física Carlos Gutiérrez, entonces director del gimnasio Moscardó, recibía una carta de protesta del arzobispo de Tarragona, quien se quejaba en la misiva de la inmoralidad de los ejercicios que allí realizaban las niñas. El clérigo había enviado a un sacerdote de confianza que se había colado de rondón en el gimnasio y había comprobado in situ sus sospechas: las chicas se tumbaban en el suelo y realizaban movimientos obscenos con las piernas, practicaban un ejercicio tan indecente como el pino y llevaban bajo la blusa ropa interior masculina: camisetas de tirantes.Gutiérrez, un madrileño que luchó en la guerra civil en el bando republicano junto a Tierno Galván y que ahora tiene 77 años y está jubilado, contestó al arzobispo que los ejercícios estaban en completa sintonía con el mandato bíblico de "creced y multiplicaos", ya que fortalecían los músculos uterinos de las futuras madres y las preparaban para el parto, y en cuanto a la ropa interior, se preguntaba cómo el cura había averiguado lo que las niñas llevaban bajo la camisa. Tales argumentos resultaron convincentes, porque no volvió a tener noticias del arzobispado.

El veterano gimnasta, educado en el colegio del Pilar y que fue campeón de España de gimnasia en tres ocasiones, en 1942, 1945 y 1946, cuenta estas anécdotas para ilustrar la pacata mentalidad de la época en que le tocó dirigir y poner en marcha el primer polideportivo madrileño. Sus dificultades para popularizar la gimnasia no fueron pocas, a pesar del interés de Falange en cumplir el mandato de José Antonio Primo de Rivera de "lograr una España deportiva y alegre".

Se hizo cargo de la dirección hace justo 45 años, en 1952, y recibió el encargo de mantener el edificio, de más de 3.000 metros cuadrados, "en orden, limpio y, sobre todo, cerrado". Los vecinos lo llamaban gimnasio Coslada, por estar situado en la calle del mismo nombre, muy próxima a la avenida de América, pero los responsables de la Delegación Nacional de Deportes lo rebautizaron con el nombre de Moscardó, en homenaje al general franquista que fue delegado de ese organismo.

El gimnasio, que la prensa calificó hace medio siglo como el mejor de Europa, había sido construído en la década de los cuarenta, pero nunca había sido utilizado, ni siquiera inaugurado oficialmente. El nuevo director se encontró con una enorme sala de gimnasio, presidida por el escudo nacional del águila, completamente vacía. Según las órdenes que recibió, nadie debía utilizarlo y sólo serviría para "enseñarlo a las delegaciones extranjeras". La plantilla de trabajadores que se le asignó estaba formada por un conserje.

Carlos Gutiérrez no protestó -era su primer trabajo y no estaba dispuesto a perderlo-, pero hizo caso omiso de las órdenes de mantenerlo cerrado. "Mi objetivo desde el principio fue abrir el gimnasio a la gente del barrio y a algunos colegios. Tuvimos que rediseñar los aparatos de gimnasia, como el plinto, el caballo o las espalderas, que nos enviaban de la Escuela de Gimnasia del Ejército y no servían para nuestros usuarios, que eran, sobre todo, niños. Y como el techo de la sala era muy alto, hasta tuvimos que inventar unas barras suecas especiales y una tarima para la práctica de la halterofilia", cuenta satisfecho.

Cuando se marchó, 14 años después, para ocupar la jefatura de estudios del Instituto Nacional de Educación Física (INEF), el gimnasio Moscardó no sólo contaba con los aparatos necesarios, sino que disponía de una piscina cubierta, pista al aire libre multideportiva, pista de atletismo, sala para . lucha grecorromana y halterofilia, sauna (la primera que se instaló en España), y en él se podía practicar desde el baloncesto a la esgrima.

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Con el tiempo, se fueron comprando terrenos adyacentes hasta lograr un gran polideportivo de 8.000 metros cuadrados y se construyó, entre otras instalaciones, una piscina más y varias salas de gimnasia. En la última década ha estado gestionado por la Federación Española de Gimnasia, que lo ha utilizado para entrenar a los deportistas de élite. El pasado 26 de junio, la federación se lo entregó a su actual titular, el Ayuntamiento de Madrid, que lo ha cerrado para acometer algunas reformas y abrirlo de nuevo a los vecinos el próximo ano , según informa la Gerencia Municipal de Urbanismo.

El antiguo director recuerda que desde el Moscardó se realizó la primera retransmisión en directo por televisión de gimnasia deportiva, y se rodaron dos de los anuncios televisivos de la famosa campaña Contamos contigo, promovida por el que es ahora presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch. En los espacios publicitarios aparecían Gutiérrez y su mujer, Mari Carmen Ortega, con la que ha tenido cinco hijos.

"En Madrid había otros gimnasios", comenta, "pero eran mucho más pequeños: el de la Sociedad Gimnástica Española, en la calle Libertad; el del Real Madrid, y el de la Ferroviaria, que era famoso porque allí se entrenaban los boxeadores, pero ninguno se parecía al Moscardó, del que me atrevo a decir que no sólo fue el primer deportivo de Madrid, sino de España".

Una de las cosas de las que más orgulloso se siente es de haber inventado una modalidad deportiva, la matrogimnasia, término acuñado por un amigo suyo que era filólogo. "Se trataba de que la madre, la principal educadora del niño, hiciera gimnasia con sus hijos. Mi mujer me ayudó a organizar grupos y tuvo una excelente acogida. Las madres llevaban en la camiseta una especie de galones que indicaban el número de su prole. Hicimos exhibiciones fuera de España y la idea se implantó gracias a nosotros en Irlanda, Austria, Francia, Italia, Argentina, Cuba y Japón. Hace pocos días, he oído en televisión que los americanos acaban de inventar el aerobic baby, que es exactamente lo que nosotros hacíamos hace 30 años. Pero ya se sabe que nadie es profeta en su tierra", concluye- ,

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