Aquí te pillo, aquí te retrato
Centenares de lomógrafos europeos se reúnen en Atocha para exponer sus trabajos en un mural de 108 metros
De las cenizas del poderío soviético y caído el telón de acero, una nueva revolución llega de Rusia, esta vez a cuenta de una pequeña cámara fotográfica que está armando la marimorena en el mundo de la comunicación y k las relaciones humanas. Se trata de la Lomo Kompakt Automat, una máquina que no abulta más de un paquete de tabaco, sencilla y muy misteriosa, que está creando un novedoso estilo experimental en el arte fotográfico consistente en tomar la mayor cantidad posible de instantáneas -llamadas lomografías- desde las situaciones más inverosímiles y posiciones más inauditas.El nombre responde a las iniciales de Leningrado Optical Mechanical y la 0 final viene a ser en ruso el equivalente español a SA. La revolución arranca de la actitud vital que sus poseedores hacen del aparato.Los miles de propietarios y usuarios d el diabólico invento se han constituido en una gran familia, solidaria y amistosa, que aprovecha cualquier ocasión para reunirse y celebrar congresos y viajes por todo el mundo con tal de enseñarse unos a otros sus lomografías y, por supuesto, hacer muchas más.
Asociados en lomoembajadas, con su correspondiente lomoembajador, centenares de lomógrafos venidos de todo el mundo se están reuniendo estos días en Madrid para exponer un gran mural de 108 metros de largo por dos de alto en la estación de Atocha repleto de lomografías (algunas repetidas hasta 10 veces). "Aquí vale todo", aseguraba el viernes, ante el gran mural de Atocha, Paskuale Caprile, lomoembajador español y organizador de las jornadas madrileñas. Caprile, fotógrafo profesional de interiorismo, publicidad y moda, encuentra en la lomografía la desintoxicación precisa a su trabajo diario: "Hay que divertirse con la cámara. Plasmar el momento en esencia. En mi profesión, una sola foto lleva muchas horas de preparación. La lomografía es el contraste. Se dispara cuando te apetece sin preocuparte de la luz, el foco ni el encuadre". La lomoembajada de Madrid organizó el viernes un viaje a Segovia en un tren de principios de siglo para que más de un centenar de lomógrafos españoles y europeos dispararan a sus anchas. Los asistentes estaban todos en la inauguración del mural y luego se fueron a exponer sus obras a una fiesta que juntó música con la proyección en vídeo de otras partes del planeta.
Concebida en plena guerra fría por el profesor Radinoff para los espías del KGB, la lomo se introdujo en Europa hace cinco años, a través de unos estudiantes vieneses que la descubrieron en un viaje de estudios a San Petersburgo.
Al descubrir las enormes posibilidades del ingenio soviético se hicieron con sus derechos para comercializar la máquina en el resto del mundo.
Las lomos se venden (19.000 pesetas en España más IVA) a través de las distintas lomoembajadas.
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