La recogida de maletas, entre árboles
Entre la aduanas y las pistas, en lo que se denomina la tierra de nadie, se sitúa el cuerpo central de esta construcción. Ahí se alojarán las tiendas libres de impuestos y las cafeterías. Será la zona más iluminada de la nueva terminal. No en vano se encuentra fianqueada por los dos gigantescos tragaluces que alimentarán de luz solar el edificio. Estos "cañones", en el fondo, la zona de transición entre un cuerpo de edificio y otro, contarán con jardines y vegetación. Uno de ellos servirá para ubicar la zona de recogida de equipajes. En la maqueta presentada ayer, en el espacio habilitado para este efecto, los viajeros aparecían recogiendo maletas de una cinta transportadora que rodeaba unos cuantos árboles. Según el diseño del equipo de arquitectos ganador, este área constituirá una de las partes más vistosas de la nueva terminal de Barajas. El servicio automático para la entrega de equipaje, según Luis Vidal, arquitecto del Estudio Lamela, "garantiza que no se produzcan pérdidas ni retrasos".
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