La oposición parlamentaria reprocha a Pujol el abultado endeudamiento de la Generalitat

La oposición catalana, incluido el PP, metió ayer el dedo en la llaga de la deuda de la Generalitat: 1,5 billones de pesetas. Y, una vez dentro, hurgó y hurgó para tratar de extirpar el complaciente discurso con el que Jordi Pujol había inaugurado la víspera el debate de política general en el Parlament. Si el presidente de la Generalitat se había amparado el miércoles en las deficiencias del sistema de financiación de Cataluña y reclamado un modelo similar al vasco para el año 2001, la oposición le recordó ayer su responsabilidad en el abultado endeudamiento de las arcas catalanas. La Generalitat paga cada día 233 millones en intereses, recordó Rafael Ribó, e IC-EV. Es decir, casi 10 millones cada hora, remachó Josep Curto, de PP.

Pujol abrió el miércoles el debate parlamentario con el objetivo múltiple de ensalzar el progreso económico y social de Cataluña, subrayar la responsabilidad de los nacionalistas catalanes en la bonanza de la economía española, justificar su alianza con el PP, pedir a los ciudadanos ambición patriótica y reiterar solemnemente su revindicación a medio plazo de un nuevo modelo de financiación similar al vasco.Que Pujol haya logrado que esos mensajes calen en la opinión pública y en las instituciones es, aún, una incógnita. Pero donde seguro que no han hecho mella es en las filas de la oposición catalana.

Los grupos opositores, incluido el forzosamente manso PP, esgrimieron ayer al unísono el endeudamiento de la Generalitat para disipar la dulce neblina de optimismo con la que Pujol había tratado de cubrir la víspera el hemiciclo. El líder de IC-EV, Rafael Ribó, el más incisivo en este punto, calificó la situación financiera de la Generalitat de "prequiebra".

"Cataluña no desentona"

El socialista Joaquim Nadal tachó de "desastrosas" las finanzas de la Generalitat, al tiempo que advirtió de que la caída de la inversión pública comprometerá seriamente el desarrollo del conjunto de la economía catalana. Ni siquiera el conservador Josep Curto -que concluyó su intervención con un canto a la consolidación del pacto CiU-PP y con un llamamiento a que ambos aliados aparquen sus diferencias- evitó cargar contra el Gobierno de CiU por "la insolvencia, la asfixia y el apalancamiento" de las finanzas de la Generalitat.Pujol esperó al final del debate para responder de una sola vez a todas estas críticas. Argumentó que en la relación deuda / PIB, Cataluña es la sexta comunidad autónoma, detrás de Navarra, Andalucía, Galicia, el País Vasco y Extremadura. Si la relación es deuda / presupuesto, Cataluña queda en segunda posición, detrás de Navarra y delante del País Vasco y Andalucía. "Ya ven", remató, "que el endeudamiento de Cataluña no desentona".

El líder del Partido Popular lamentó lo que considera "desatenciones" por parte de CiU y pidió una vez más a Pujol que trate al PP catalán de forma recíproca al tratamiento que CiU recibe del Gobierno del PP en Madrid. Recordó Curto que Pujol ya no tiene mayoría absoluta en el Parlament y abogó porque ambas formaciones aparquen sus diferencias y potencien su alianza, no sin antes lanzar ligeras críticas a la gestión del Departamento de Bienestar Social de la Generalitat y a la "manipulación" de TV-3 por parte de los nacionalistas.

Pujol respondió esgrimiendo su apoyo a los Presupuestos del Estado para 1998 y emplazando al PP catalán a que respalde los Presupuestos de la Generalitat.