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Prodi salva su Gobierno al pactar con los neocomunistas una semana laboral de 35 horas

"No ha habido vencedores ni vencidos. Ha ganado Italia y el buen sentido". A juicio del primer ministro, Romano Prodi, la crisis de gobierno que ha tenido en vilo al país durante casi una semana se ha cerrado con un empate entre la coalición del Olivo y el Partido de Refundación Comunista (PRC). La percepción general es que el PRC se ha plegado a un pacto que asegura la estabilidad de la mayoría al menos por un año, sin haber recibido más concesiones de las que estaban ya sobre la mesa. La base del acuerdo es el decreto-ley que el Ejecutivo se propone aprobar en junio próximo para reducir la jornada laboral semanal a 35 horas a partir de junio del 2001

.El líder neocomunista, Fausto Bertinotti, no quería hablar de victoria pero negó rotundamente que el acuerdo represente una "derrota" para el PRC. Bertinotti se esforzó por encontrar palabras entusiastas para hablar del pacto que refuerza ahora la mayoría. "Es muy satisfactorio", dijo, subrayando la importancia de los puntos sobre los que se basa, en concreto la ley de las 35 horas y la inclusión de empleados junto a obreros industriales en el apartado de los que no verán afectados sus derechos de jubilación por la reforma.Sin embargo, hay que afinar mucho para encontrar diferencias entre lo que ha servido para sellar el pacto de ayer y lo ofrecido por Prodi ante el Parlamento el pasado jueves, el día en que Refundación contesto con un no a la ley de presupuestos.

Magnánimo, y encantado de recuperar su puesto, el primer ministro se declaró feliz por la recomposición de un Gobierno que, a lo largo de toda la crisis, no ha hecho más que recibir elogios de la prensa nacional y de las autoridades internacionales, empezando por Bruselas. El presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro, se sumaba a la satisfacción general: "Las elecciones anticipadas hubieran sido muy negativas para el pueblo italiano", dijo el presidente.

Pero Prodi tendrá que afrontar hoy, cuando acuda a la Cámara de Diputados para informar del final de la crisis, el fuego graneado de las preguntas de la oposición que desconfía del alcance de un pacto que a juicio del Polo, desplaza al Gobierno de centro-izquierda un poco más a la izquierda. Silvio Berlusconi, líder de Fuerza Italia, fue el más claro al acusar al Gobierno de estar ahora "en manos de los comunistas".

Pero la preocupación mayor de los dirigentes de la coalición de centro-derecha se centra en la Bicameral, la comisión para la reforma constitucional del país. Ayer solicitaron la suspensión de la sesión plenaria en tanto se estudia a fondo y se debate el acuerdo firmado por las dos izquierdas y el centro moderado. Tanto Forza Italia como los líderes de los partidos democristianos amenazaron con reclamar la convocatoria de una Asamblea constituyente si se demuestra algo oscuro en el pacto que obstaculice los trabajos finales de la Bicameral.Temor al giro a la izquierda

En cuanto a los partidos centristas que integran el Olivo, el ultramoderado Lamberto Dini, líder de Renovación Italiana, que cuenta con voz propia dentro de la coalición, se mostró algo incómodo por el pacto, y amenazó con tomar las decisiones oportunas si se produce el temido giro a la izquierda.

Los puntos del acuerdo no difieren esencialmente de la oferta hecha por Prodi al PRC en la famosa comparecencia del pasado día 9, que formalizó la crisis. Conversión del Iri (Instituto de empresas estatales) en una agencia para impulsar el empleo en el sur; exclusión de los obreros industriales y trabajadores que desempeñen tareas equivalentes de la reforma de las pensiones; aprobación de una ley que prevea la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales en las empresas de más de 15 empleados, una ley en línea con la francesa de Lionel Jospin pero con más salvaguardas para los empresarios.En cuanto a los recortes en el capítulo social, el Gobierno se compromete a reducirlos en medio billón de liras que saldrán ahora (le la lucha contra la evasión fiscal. De esta forma, Refundación Comunista aprobará sin más pegas los Presupuestos para 1998. El pacto incluye además una revisión periódica del acuerdo, que prevé consultas sobre los temas más importantes entre el Olivo, el Gobierno y Refundación.

Mientras los sindicatos acogían con poco entusiasmo el pacto con Refundación Comunista, la patronal criticó duramente al Ejecutivo por comprometerse a aprobar una ley de reducción del horario laboral que puede dañar la competitividad.

Más información en la página 58

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