Reunida la platería europea en España
La Fundación Central Hispano, de Madrid (Marqués de Villamagna, 3), inauguró ayer la exposición Platería europea en España (1300-1700) con 130 piezas de los mejores plateros europeos a lo largo de cuatro siglos, desde comienzos del siglo XIV,, cuando se convierte en un arte independiente, hasta el XVIII, con el fin de la dinastía de los Habsburgos. La muestra permanecerá abierta durante dos meses y es la segunda que organiza sobre platería, tras el montaje en 1992 de Platería en la época de los Reyes Católicos.
"Las cinco piezas del. Tesoro del Delfín prestadas por el Museo del Prado vinieron anónimas y se van bautizadas", declaró ayer José Manuel Cruz Valdovinos, catedrático de la Universidad Complutense y comisario de la muestra y autor del catálogo, donde documenta las piezas y en numerosas ocasiones identifica por primera vez. Las obras, tan to religiosas como civiles, proceden de museos y particulares y han sido sometidas a restauración.
Las piezas conservadas en España procedentes de otros países europeos pertenecen a los mejores plateros, como Jamnitzer, Ludwig, Krug, Kellner y Petrucci, y otras procedentes de talleres obradores de Nuremberg, Roma, Milán, Nápoles, Venecia, París, Lisboa, Amberes y Amsterdam. La mayoría de las obras (bandejas, fuentes, vasos, tazas, custodias, relicarios, cántaros, arcas) proceden de donaciones a iglesias y conventos hechas por reyes y magnates, de herencia de nobles o de coleccionistas. Según los organizadores, ha sido positiva la respuesta de catedrales (salvo la de Toledo), colegiatas y parroquias para las piezas religiosas, y sólo la mitad de monasterios y conventos femeninos han dejado las piezas solicitadas.
Entre las obras expuestas figuran estatuas del apóstol Santiago, piezas relacionadas con el papa Luna, el cáliz del Compromiso de Caspe, el relicario del Lignum Crucis, las copas alemanas de nautilo, el cántaro de Amberes, saleros vénetos, la taza Aldo brandini, un retablo con la Quinta Angustia en marfil, una copa de molinillo y otras en forma de avestruz. También figura una colección de copas civiles convertidas en copones, entre ellas la procendente de la catedral de Burgos, única obra segura de Ludwig Krug, amigo de Durero, y se destaca por su valor histórico los relicarios de Medina de Pomar, que donó el Condestable de Castilla en 1610, según la documentación de Cruz Valdovinos.
Babelia
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