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La reforma del IRPF baraja eliminar la retenclón del 25% sobre rentas del capital

La comisión de expertos que prepara la reforma del impuesto sobre la renta de la! personas físicas (IRPF), que el Gobierno quiere aprobar en la primera mitad del añopróximo, dará un vuelco a la fiscalidad del horro. Entre las propuestas analizadas, figura la posibilidad de eliminar la retención el 25% que se aplica en la actualidad a las notas del capital. Otra de las propuestas avanzadas consiste en poner un tope a la desgravación por compra de vivienda, de forma que sólo tuvieran beneficios fiscales as cantidades que no superasen una deterninada cantidad.

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Un secreto a voces

Esta comisión ya ha presentado un primer borrador al secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa, si bien las fuentes consultadas indican que se trata sólo de un esbozo de la reforma del IRPF con propuestas altemativas. Con esta reforma, el Gobierno quiere dar cumplimiento a su promesa electoral de rebajar el tipo máximo del IRPF, desde el 56% actual hasta el 40%.El calendario sería aplicar el 50% en 1999 (declaración a presentar en junio del 2000), el 45% en el 2000 y el 40% en el 2001. El número de tramos pasaría desde los ocho actuales hasta cinco, aunque no se descarta llegar a tres. El coste para Hacienda de llegar a ese 40% de tipo máximo se calculó por el equipo que elaboró el programa electoral del PP en 170.000 millones de pesetas.

La reducción de la tarifa es el aspecto esencial de la reforma ya que, además de su coste, abrirá el debate político sobre la progresividad del impuesto; es decir, el principio según el cual las rentas más altas deben pagar proporcionalmente más. Los expertos consultados coinciden en que una tarifa con más tramos respeta más ese principio. Si el tipo es el mismo para 10 que para 15 millones de pesetas, por ejemplo, está claro que sale beneficiado el de 15 por comparación.

Pero la apuesta del Gobierno es achatar la tarifa, es decir, bajar el tipo máximo para que las rentas altas no controladas desistan de buscar caminos para eludir parte del pago del impuesto. Según los últimos datos del IRPF, las rentas de hasta cuatro millones de pesetas soportan el 50% del IRPF (cuota líquida). Entre cuatro y ocho millones, la aportación se reduce al 270/o.

El segundo aspecto crucial de la reforma es la fiscalidad del ahorro que el Gobierno quiere aplicar, inducida en parte por el cambio en el tratamiento fiscal de las plusvalías en vigor este año. Una de las propuestas analizadas por la comisión de expertos consiste en eliminar el 25% de retención que en la actualidad se aplica por los rendimientos del capital, por ejemplo, por los intereses de una cuenta a plazo.

No obstante, la aprobación de esta medida está muy condicionada a que Hacienda pueda asegurarse la información y el control de esos rendimientos. Ello exigiría una armonización fiscal en la Unión Europea que, pese a encaminarse en esa dirección, aún no se ha conseguido. El objetivo sería, sobre todo, atraerse ahorro exterior y restablecer el equilibrio con el trata miento fiscal de las plusvalías.

Esta liberalización se completaría con la eliminación del límite exento de 200.000 pesetas que hay en la actualidad para las plusvalías -salvo para las obtenidas de fondos de inversión- y para las trasmisiones inferiores a 500.000 pesetas. Se suprimirían también las correcciones monetarias (el valor de un bien actualizado según la inflación).

Para los fondos de inversión se contempla que el cambio de uno a otro no tribute para favorecer así la competencia entre las gestoras y bajar las comisiones que cobran a los partícipes (un 1,3% en la actualidad). También se permitiría que las pérdidas habidas en títulos de rendimiento implícito puedan compensarse con las ganancias.

El tercero de los pilares de la reforma es una reordenación de las deducciones fiscales que compense el descenso de la recaudación derivado de la nueva tarifa. Una de las propuestas de la comisión de expertos es que se establezca un límite a la desgravación por compra de vivienda.

A partir de una determinada cantidad -entre 20 y 30 millones de pesetas- la cantidad invertida no gozaría de la deducción del 15%. En la situación actual, Hacienda dejará de ingresar el año que viene por este concepto alrededor de 365.000 millones de pesetas, incluida la desgravación por intereses de créditos hipotecarios.

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