Demi Moore cree que las mujeres son más cautas en exhibir su objetivos
La actriz encarna a un oficial de la Marina en "La teniente O'Neil'
Demi Moore presentó ayer su último filme, La teniente O'Neil, en la que da vida a una oficial de la estricta unidad de élite Navy SEALs, que el 60%, de sus compañeros masculinos ha tenido que abandonar. Una película que se estrena en España el día 31 y que, dice, le ha exigido notable preparación física, faceta en la que quería ponerse a prueba, y en la que ha pretendido "eliminar límites y ser mejor ser humano, no sólo mejor actriz".
A la teniente O'Neil le ha crecido ya el pelo -tiene melena corta con raya enmedio-, lleva tacones de aguja altísimos, al final de unas piernas muy blancas -en el Ejército no le debió de dar nada el sol- y es delgada como un spaghetto. Imparte órdenes sobre cómo fotografiarla, su cara seria se desliza hacia el fastidio por lo largo de la sesión gráfica, aunque, la acepta disciplinadamente, y se mueve por el jardín del hotel en el que recibe a los periodistas como si fuera a quebrarse, física y psíquicamente. Maquillada de no ir maquillada, y vestida sobriamente, con una falda estampada a modo de pañuelo portugués y una camiseta negra escotada, la teniente, ya Demi, de labios y cejas finas y sonrisa agradable y dulce -cuando la exhibe-, transmite una imagen que se compadece poco con la de alguien que se desplaza con estilista, peluquero y maquillador.Demi Moore parece tímida y frágil, aunue cuando arranca habla por os codos. Ha perdido entre doce y catorce kilos desde que encarnara al miembro del cuerpo de los Navy SEALs que lucha con uñas y dientes por demostrar su voluntad de estar en este cuerpo de combate de élite de disciplina despiadada y se ha dejado por el camino los músculos de Rambo que luce en la película. Ella pronuncia mucho la palabra desafio que tuvo su papel y dice que no se preocupó nada de la estética de su cabeza pelada, que sus hijas tocaban y quisieron copiar, y que eseñaban a las compañeras de colegio que iban a casa. "Lo importante era el símbolo de fuerza, de compromiso del personaje. Desde luego, no es un papel con mucho glamour", reconoce riendo.
El caso es que la actriz cogió gusto a su imagen militar, de hécho, cuando terminó el rodaje volvió a raparse "al cero cero", y siguió dándole al músculo, hasta que, segun cuenta, se hartó de que no le entraran los pantalones. Y hace un año decidió volver a la vida civil: " Pude recuperar mi imagen a base de fuerza mental".
La teniente O'Neil fue para Moore "una oportunidad para explorar facetas de mi propia personalidad. El guión fue escrito especialmente para ella por Danielle Alexandra, también productora ejecutiva de la película, y asegura la actriz que el hecho de que Ridley Scott aceptara dirigir el filme, "fue mi primera lección y engrandeció el proyecto".
Piensa que es muy difícil hablar de similitudes entre la teniente y Demi, porque ella no tiene "deseo alguno de ingresar en uno de estos cuerpos de élite", pero que su papel pone de relieve el extremo de la fuerza de las mujeres, "porque parece que son siempre los hombres quienes expresan públicamente sus objetivos, y van hacia ellos, mientras que nosotras somos más cautas en comunicarlos". Pese a tener una doble, la actriz quiso someterse a entrenamientos militares puesto que en los Navy SEALs entran muchos aspirantes, que tienen que abandonar, y "lo que diferencia a quienes los hacen de quienes los abandonan, es la actitud mental".
La película, en la que la teniente O'Neil se empeña en pertenecer a un cuerpo de combate, e incluso salva a su superior en unas maniobras reales, ¿es feminista, de propaganda para que las mujeres se apunten al Ejército o de simplemente violenta? Moore responde: "Siempre la consideré un drama político que, por necesidad, implica acción. No quisiera poner la etiqueta de feminista; es más bien una exploraión de las oportunidades para una mujer, la posibilidad de probar. Lo militar es un telón de fondo, porque ésta es un área que aún nos pone muchos vetos".
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