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Arenas acepta el objetivo europeo de reducir el paro al 7%, la mitad de lo previsto para España

Al ministro de Trabajo, Javier Arenas, no le asustan los objetivos de reducción del paro propuestos por la Comisión Europea. Confiado en que lo que él denomina "modelo español para la creación de empleo" basta para acabar con los tres millones de parados, ayer aseguró que "al ritmo actual de aumento de empleo no tenemos ninguna complicación para asumir ese compromiso". Pero las cifras no cuadran: los 250.000 parados menos al año que promete Arenas deberían ser 458.000 para cumplir el objetivo de Bruselas de dejar la tasa de paro en el 7% en cinco años.

Javier Arenas derrochó ayer simpatía y buen humor por Luxemburgo. Hasta la sede del Consejo de Ministros europeo en el Gran Ducado se trajo el ministro un buen puñado de ejemplares del libro editado por su ministerio, el Programa de empleo plurianual del Reino de España. Aprobado el pasado 12 de septiembre, aclamado el lunes por el Partido Popular, con siete ministros a la cabeza, ayer llegó hasta las estanterías del comisario europeo de Asuntos Sociales, Padraig Flynn.En posterior conferencia de prensa, Javier Arenas se mostró muy decidido, al aceptar sin pestañear el reto lanzado por la Comisión Europea: reducir en cinco años la tasa de paro de la UE al 7%. Eso significaría dejar la actual cifra de parados españoles (3.364.900 personas, según los datos de la última Encuesta de Población Activa) en 1.074.067 personas. Es decir, a un ritmo anual de 458.166 parados menos.

Una tarea difícil

Parece muy difícil, por no decir imposible, que ese objetivo se cumpla si el plan del Gobierno prevé que "con un crecimiento anual del producto interior bruto (PIB) del 3,2%, en un contexto de moderación y de reducción del déficit público, la creación de empleo durante el periodo 1997-2000 superará el millón de puestos de trabajo".

Pese a la evidencia de las cifras, Arenas aseguró que "el Gobierno español es de los que menos dificultades ha de tener para asumir esos compromisos [las propuestas de la Comisión Europea]". Pese a ese encendido optimismo, Javier Arenas se mostró partidario de no cuantificar objetivos de paro.

Para tener menos dificultades que otros socios a la hora de cumplir las cifras manejadas por Bruselas, Arenas confía en lo que con insistencia denominó "modelo español para la creación de empleo" y no se resistió a criticar, aunque fuera de pasada, la "herencia recibida".

Pero también las cifras de esa herencia ponen en cuarentena los planteamientos del Gobierno. Entre agosto de 1994 y agosto de 1995 el paro registrado se redujo en 184.000 personas. Al año siguiente (todavía, en la práctica, bajo los efectos de la política económica del Gobierno anterior), cayó en 202.700 personas. Entre agosto de 1996 y agosto de 1997, ya en pleno "año del empleo", según la recurrente definición del ministro Arenas y de su secretario general de Empleo, Manuel Pimentel, esa reducción del paro registrado ha sido sólo de 154.794 personas.

Tendencia continuista

Tampoco las cifras de la EPA muestran ningún cambio espectacular de tendencia con el Partido Popular en el Gobierno. El número de ocupados entre el primer trimestre de 1995 y el de 1996 aumentó en 313.000 personas. El aumento entre 1996 y 1997 en esa misma fecha ha sido de 403.000 personas, a pesar de la caída, de la inflación y del hundimiento de los tipos de interés.

Pese al optimismo de Arenas, la última Encuesta de Población Activa refleja un recorte del paro de sólo 5.000 personas en el primer trimestre de este año. Si se mantuviera ese ritmo se necesitarían 100 años para acabar con el paro registrado y 168 años para reducir a cero el paro de la encuesta de población. Al ministro estas cifras le parecieron "una visión muy pesimista" de la evolución del empleo en España.

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