Editores y libreros rechazan las ventas con pérdidas

La autorización de la venta a pérdidas es uno de los principales argumentos de editores y libreros contra la iniciativa del Ejecutivo. "El precio fijo beneficia a las familias y a la educación, estamos convencidos, aunque no es un dogma de fe. Ahora bien, si el Gobierno lo suprime, por lo menos que no trate al libro peor que a las latas de sardinas. Que las sardinas no puedan venderse por debajo de su coste de fabricación y los libros sí es inaceptable", afirma Mauricio Santos, presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros de Texto y Material de Enseñanza (ANELE), que engloba a 34 editoriales (con un 98% de la facturación).Santos sostiene que el proyecto incumple la Ley del Comercio Minorista, ya que permite las rebajas fuera de época, rompe con el precio estable y admite la venta a pérdidas. También modifica la Ley del Libro, al dar un tratamiento especial a los libros de texto, algo que no sucede en otros países.

Además, Santos considera que se violenta la Ley de Defensa de la Competencia al propiciar una presión excesiva contra los proveedores: "No es esperable que los hipermercados, una vez que se hagan con el mercado, dejen las cosas como están, sin ejercer presión sobre las editoriales. Sería tanto como creer que las grandes cadenas son ONG de la educación".

Santiago Cámara, presidente de la Confederación de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), admite que, si hay que ir hacia la gratuidad como ha propuesto la confederación de padres de la escuela pública CEAPA, se debe avanzar en el abaratamiento, pero de una forma ordenada. "Este proyecto del ministerio no tiene por qué redundar en el abaratamiento, y, sin embargo, tiene graves efectos culturales y educativos".

Las grandes superficies, según explica Cámara, "querrán hacer los descuentos autorizados al consumidor, y se los reclamarán al editor, que forzosamente tendrá que subir los precios nominalmente a los hiper y realmente a los libreros. "Mucha gente confunde comprar con descuento y comprar barato. Vayamos hacia el abaratamiento, pero no mediante los descuentos. Revisemos los factores que intervienen en el coste si es necesario".

El presidente de los libreros está convencido de que los establecimientos a los que representa deben modernizar sus estrategias comerciales, pero considera imprescindible la venta cara a cara, en las librerías: "Nosotros ya vendemos por Internet y por correo. Pero está claro que los libros de Kavafis se venden en la librería. Por Internet pueden venderse obras especializadas, de referencia, como el nuevo Código Penal, pero no el Poema del Mío Cid".