_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

De nuevo las reformas

EL BANCO de España, como el resto de los bancos centrales, está saludablemente obsesionado por la inflación, y con ello no hace sino cumplir de modo meritorio su tarea. El Informe sobre inflación, que elabora semestralmente desde que su propio estatuto le atribuyó la responsabilidad de vigilar la política antiinflacionista, es la quintaesencia de esta preocupación. El último, fechado en septiembre de este año y dado a conocer ayer, contiene una seria advertencia sobre las nuevas condiciones que se crearán a partir de 1998, con la neutralización de la política monetaria. El Banco entiende que debe extremarse por ello el rigor presupuestario y el salarial para poder mantener la excepcional estabilidad económica actual.La advertencia del Banco de España está justificada. La política monetaria pierde capacidad de maniobra poco a poco, y en 1998 su eficacia será probablemente nula. La integración en la moneda común exige que los tipos de interés en España sean, en el momento de la integración, equivalentes a los de Alemania; esta exigencia implica necesariamente que hasta el 1 de enero de 1999 su evolución sólo puede ser descendente. Es muy posible que el Bundesbank suba próximamente los tipos de interés; pero esa decisión tan sólo acortaría el viaje descendente que debe producirse en España.

Por supuesto, el ritmo de esa reducción de tipos es privilegio del Banco de España, pero la política monetaria quedará anulada como instrumento de regulación de los precios. Incluso en la hipótesis, improbable, de que el Banco de España decidiese subirlos para atajar un repunte inflacionista, la credibilidad que suscitaría tal decisión en los mercados sería muy reducida. Rojo y su servicio de estudios advierten, en un tono no exento de alarma, que el año próximo los únicos instrumentos para contener la inflación serán la política presupuestaria y, desde la oferta, el control salarial. De ahí que el Banco de España insista por enésima vez en que el aumento de los salarios debe acompasarse al de la inflación.

A pesar de su extremada prudencia, el Banco de España no puede evitar una causa de fricción con el Gobierno. Reclama, y no sin razón, un "impulso decidido" de las políticas liberalizadoras que aumenten la competencia. Como cualquier analista atento, el Banco ha detectado que los precios de los servicios en España siguen clavados en tasas próximas al 4%. y se resisten a descender. La deducción es casi inmediata: las medidas de liberalización que el Gobierno ha aprobado hasta el momento han fracasado, en parte por timidez, en parte por estrategias inadecuadas. El Banco, al no entrar en el terreno político, está reclamando -¡otra vez!- desde un punto de vista técnico las famosas reformas estructurales -sanidad, cambios adicionales en la reforma laboral, seguridad social- que el Presupuesto del año próximo no contiene. La relación es evidente, aunque la autoridad monetaria la evite cuidadosamente.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

El análisis del Banco de España es terminante, pero con matices. Si bien reconoce la excelente evolución de los precios y alaba el control del déficit público, no deja de apuntar que el objetivo de déficit se ha conseguido "con un crecimiento mayor del previsto", frase que sugiere tensiones en el gasto público. En una economía cuyos indicadores muestran una salud excelente -al menos, el déficit y la inflación-, no es sorprendente que el banco central haya rebajado en 0,25 puntos el tipo de interés. Pero resulta -a todas luces excesivo interpretar esta reducción como un guiño de apoyo al Presupuesto. El Banco baja los tipos- porque ésa es la línea inexorable que conduce a 1999 y porque defiende que la estabilidad de precios y los tipos reducidos son la fórmula más eficaz para crear empleo.

A pesar de la excelente evolución de los indicadores, el Banco ha bajado los tipos, en contra de su tradición de extremo rigor. Es la primera vez, que se recuerde, que baja el coste del dinero con la inflación en aumento -aunque no esté en peligro el objetivo del 2,2%- Quizá la rebaja hubiera sido mayor si el Presupuesto hubiera afrontado las reformas pedidas, o si los precios de los servicios estuvieran por debajo del 3%, o si no persistieran amenazas inflacionistas externas, como el precio del crudo. Son preguntas retóricas; el Banco de España mantendrá su extrema discreción sobre tales cuestiones.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_