Arabes e israelíes tratan el problema del agua

En medio de la profunda crisis política por la que atraviesa el proceso de paz para Oriente Próximo, ayer se conoció una nota positiva. Uno de los organismos surgidos de la Conferencia de Madrid de 1991 anunció un concurso internacional para 10 proyectos de investigación sobre desalinización de agua para los que se cuenta con 1,7 millones de dólares (255 millones de pesetas). El abaratamiento de ese proceso puede facilitar el acceso a un recurso que ayudaría a crear medidas de confianza.Lograr agua potable para los más de 100 millones de personas que pueblan Oriente Próximo es un prerrequisito para la estabilidad en la zona. La escasez de recursos hidráulicos y su control son la raíz de muchas de las tensiones y rivalidades fronterizas. De ahí que cuando en octubre de 1991 los dirigentes de todos los países en conflicto y quienes patrocinaron la Conferencia de Paz se reunieron en Madrid, el agua constituyó el objeto de uno de los cinco grupos de trabajo.

Desde entonces, y gracias al impulso del sultanato de Omán, se ha creado el Centro de Investigación en Procesos de Desalinización de las Aguas en Oriente Próximo (más conocido por sus siglas en inglés, MEDRC), con sede en la capital omaní, Muscat, y que cuenta, además, como socios fundadores con Estados Unidos, Israel, Japón y Corea del Sur. La Unión Europea, hasta ahora observador invitado, está en proceso de adhesión. Los donativos de estos países han alcanzado los 16,2 millones de dólares desde diciembre.

El programa del MEDRC para los próximos 12 meses incluye 20 proyectos -los 10 que ayer salieron a concurso y otros 10 más que lo harán el próximo marzo- por un importe global de 3,5 millones de dólares. Además de aminorar los costes de las tecnologías de desalinización, el Centro "intenta llevar agua a zonas remotas de Oriente Próximo para evitar las presiones migratorias que su carencia origina sobre los núcleos urbanos", dijo ayer su director, Eric R. Jankel.