Fotos y propiedad intelectual

Con relación a la carta del señor Torbado sobre la noticia 'Un juez condena a un escritor que usó fotos ajenas a un premido, me veo obligada a contestar que el reportaje premiado, 'Molina y el alto Tajo, crónicas del señorío y la sierra', publicado en la revista GEO (nº 73, 1993), iba firmado conjuntamente por la autora de las fotografías, que soy yo, y el señor Torbado. Fui yo quien propuso el tema a la revista, a la que entregué las fotografias en julio de 1992, un año antes- de su publicación.En este tipo de revistas no se realiza la selección de las fotografias de manera casual. Suele ser rigurosa y pensada. Las fotos nunca acompañan a los textos, sino a la inversa. Poco después de entregar las fotografias me consultaron si tenía algún inconveniente en que el texto se lo encargaran a Torbado. No tuve reparo en ello. El reportaje se abría con tres páginas dobles con mis fotos únicamente y los pies escritos por mí.

En un editorial del número 82, de noviembre de 1993, el director de GEO felicitaba a Torbado por la obtención del premio a un "artículo en que su texto acompañaba a un reportaje fotográfico de Isabel Corral sobre el alto Tajo". El acta del jurado que, otorgó el premio decía que fallaba a "favor del trabajo 'Molina y el alto Tajo' de don Jesús Torbado Carro". Por supuesto que el señor Torbado no tiene que pedir consentimiento a nadie para ejercer los derechos de autor sobre su obra, pero resulta que las obras fotográficas también son objeto de propiedad intelectual.

Los fotógrafos no venden fotografias, ceden el derecho de su reproducción para un fin y periodo precisos, que normalmente suele ser para una publicación y fecha concretas. Conservan todos sus derechos de autor, que, por otro lado, son irrenunciables.