D'Alema advierte que la crisis puede llevar a elecciones anticipadas

La sombra de unas elecciones anticipadas se cierne cada vez más sobre el panorama político italiano, tal y como reconoció ayer el secretario general del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), Massimo D'Alema, en una entrevista concedida al diario milanés Corriere della Sera.A cuatro días de la comparecencia del primer ministro, Romano Prodi, en la Cámara de Diputados, donde formalizará la crisis, D'Alema ha multiplicado sus intervenciones públicas y los contactos con su homólogo del Partido de Refundación Comunista (PRC) principal causante de la crisis-, Fausto Bertinotti, para evitar lo que nadie quiere: unas elecciones anticipadas. Ni siquiera los ciudadanos de a pie. Según un reciente sondeo conducido por el instituto Directa entre algo menos de mil personas, el 73% de los italianos está en contra de que caíga el Gobierno.

Ayer, D'Alema acusó a los que provocan la crisis de "querer regresar a los años sesenta", la época dorada de la Democracia Cristiana y del Partido Comunista Italiano. Los primeros contactos de D'Alema con Bertinotti que previamente había rechazado el valor del acuerdo firmado ayer en la cumbre franco-italiana de Chambéry, fueron infructuosos.

En la entrevista concedida al Corriere della Sera, el líder de la izquierda y presidente de la comisión Bicameral encargada de estudiar la reforma del Estado, reconocía que la ley de Presupuestos, la manzana de la discordia que ha desatado la crisis, "puede ser mejorada", aunque más adelante reconoce que, a falta de un acuerdo final con los comunistas, la única solución para el Gobierno es volver a las urnas el 30 de noviembre.

Mientras, Silvio Berlusconi, líder de Forza Italia, aseguró que no ayudará al Gobierno de Prodi. Su compañero en la coalición derechista del Polo de las Libertades, Gianfranco Fini, líder de Alianza Nacional, recalcó que el Polo no teme a las urnas y que la coalición mostrará una actitud sin fisuras durante el tiempo que dure la crisis.