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Una inversión de 23.000 millones pagada por las arcas vascas

El acuerdo firmado por la Fundación Guggenheim de Nueva York y las instituciones vascas en 1992 dejó la totalidad de los gastos generados por la apertura del Museo Guggenheim Bilbao a cargo de las arcas vascas. La Diputación de Vizcaya y el Gobierno vasco asumieron a partes iguales una inversión que finalmente ha superado los 23.000 millones de pesetas, para hacer frente a la construcción del edificio, pagar 2.000 millones de pesetas a la Fundación Guggenheim por utilizar su nombre y disponer de sus fondos artísticos, y comprar obra destinada a la colección propia por valor de 6.000 millones.No es todo. El presupuesto vasco tendrá que cubrir el déficit de explotación del museo con cerca de 1.000 millones por año, al menos hasta el año 2000. Sobre el generoso colchón financiero del dinero público, el Museo Guggenheim aspira a captar un apoyo económico de, empresas privadas, inédito hasta ahora en las instituciones culturales españolas. Sus previsiones apuntan que los ingresos por patrocinio serán cercanos al 20% del presupuesto de gestión.

En el atrio del museo los visitantes son informados por una placa de las empresas que apoyan el proyecto. El Banco Bilbao Vizcaya, Iberdrola, The Chase Manhattan Bank, Repsol, Ericsson, Iberia, Industria de Turbo Propulsores y Arthur Andersen, entre otra veintena de firmas, han alcanzado con sus aportaciones la categoría de patronos de la Fundación Guggenheim. Bilbao.

Donaciones privadas

En los distintos niveles de colaboración están ya implicadas medio centenar de compañías. Por el momento, las donaciones privadas para el primer año de funcionamiento de la pinacoteca ascienden a 500 millones de pesetas. La empresa vasca Tubacex, una de las primeras fabricantes mundiales de tubos dé acero inoxidable, ha hecho una aportación en especie. Dos cuadros de su propiedad -Grande baignoire, de Antoni Tápies, y Lola, de Julian Schnabel- han sido cedidos al Guggenheim de Bilbao para forma parte de la colección inaugural.Los benefactores del Guggenheim disfrutan en Vizcaya de un marco fiscal muy favorable. La Diputación aprobó en 1995 una legislación de apoyo al mecenazgo que permite descontar del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas un 20% de las cantidades donadas, con un límite que llega hasta el 30% de la base imponible. Las empresas pueden deducir en el Impuesto de Sociedades la totalidad del dinero que aporten a la cultura con un límite, en este caso, del 10%.

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