Un centro 'Privado' de titularidad municipal

Era un viejo sueño de una vieja ciudad que ya fue universitaria y no lo olvidó. La Universidad de Vic(UV) nació el pasado mes de mayo por la simple transformación de los Estudis Universitaris de Vic (EUV), fundados hace 20 años, que disponían de una infraestructura con ocho centros adscritos a universidades de Barcelona y 3.500 alumnos. Comienza este curso con 11 titulaciones y unos 3.800 estudiantes, cerrando el paréntesis que abrió el primer Borbón, Felipe V, cuando cerró todas las universidades catalanas.Hubiera querido ser pública, pero no pudo ser. Quedó fuera del paquete por el que se dotó a las capitales de provincia catalanas. Se optó entonces por un modelo peculiar que cabe definir como municipalista. Por un lado, una fundación pública a, través de la cual se canalizan recursos y, por otro, una fundación privada presidida por el alcalde y compuesta por el consistorio y el colectivo del profesorado que, en cierto modo, configura una cooperativa.

Vic reclama ahora para sí misma el modelo clásico de ciudad universitaria, Oxford, Tubingia o Salamanca, en la Cataluña central. Con algo más de 30.000 habitantes,excelentemente comunicada tanto con Barcelona como con el resto del principado, en estos momentos los estudiantes representan un 10% de la población total, aunque, en realidad, la UV abarca a toda la comarca de Osona: 100.000 habitantes.

Nuevas especialidades

Pretende especializarse en disciplinas que la relacionen con su entorno económico y productivo. La novedosa licenciatura en Ciencia y Tecnología de los Alimentos es el mejor ejemplo de cómo aprovechar el impulso de su industria cárnica y de la creación de nuevas especialidades que reúnen de formas distintas grandes disciplinas como Farmacia, Biología y Veterinaria. Tiene también la Facultad de Traducción e Interpretación, que ha conseguido hacerse con un gran prestigio.

El hecho de ser privada, sin embargo, también le ha supuesto algunas ventajas. Por ejemplo la de la contratación de profesores, un sector asfixiado dentro de las universidades públicas y en el que los gestores de la UV pueden pescar a grandes profesionales sin expectativas de acceder al funcionariado.

Sus precios no son excesivos. Las carreras más baratas no superan el medio millón de pesetas y la más, cara cuesta 800.000. Los estudiantes tiene que contar con los gastos de alojamiento y manutención, que duplicarían estas cantidades. Aunque, por otro lado, en su área más cercana, las comunicaciones actuales pueden acercar a numerosos estudiantes que se evitan tener que cambiar de domicilio durante el curso.