Washington amenaza con represalias a la petrolera francesa Total por firmar un acuerdo con Irán
La Comisión Europea y el Gobierno francés respaldaron ayer la decisión de la petrolera francesa Total de hacer caso omiso a la legislación extraterritorial estadouniense (ley D'Amato), que prohíbe y sanciona toda inversión extranjera en Irán y Libia superior a los 40 millones de dólares anuales. El contrato firmado con la empresa estatal National Iranian Oil Company (NIOC) supone una inversión de 2.000 millones de dólares. El Gobierno de EE UU ha reaccionado con indignación al acuerdo y promete represalias.
La reacción estadounidense no se hizo esperar. El Departamento de Estado norteamericano reafirmó pocas horas después de conocerse la noticia la vigencia de la ley norteamericana (a la que los europeos no reconocen poder fuera de EEUU) que prohíbe las relaciones económicas con Irán y Libia. "La aplicaremos [la ley] íntegramente", aseguró con firmeza su portavoz, Christopher Bush. El tono de amenaza de esa frase se concretó aún más en la siguiente: "Vamos a analizar toda la información disponible y a tomar las acciones apropiadas de acuerdo con la ley". Estados Unidos sostiene que toda inversión en el gas o en el petróleo iraní da recursos al régimen iraní "para apoyar el terrorismo y continuar su búsqueda de misiles y armas nucleares".
El desafío francés a la ley D'Amato no es inconsciente. Hace pocas semanas, el subsecretario de Cormercio de EE UU, Stuart Eizenstadt, trasladó a la Unión Europea la "preocupación" de su Gobierno ante las intenciones de la petrolera francesa. En esa preocupación iba implícita ya una advertencia.
La agencia oficial iraní IRNA no perdió oportunidad de echar sal a la herida. "El contrato", aseguró desde Teherán, "es la prueba más severa para la fanfarronería norteamericana".
En previsión de una reacción airada de Washington, el portavoz de la Comisión Europea, Peter Guilford, advirtió contra toda tentación de represalia contra la compañía francesa. Si ésta se produce, sería considerada "ilegal e inaceptable". En la misma línea se posicionó el portavoz de Exteriores del Gobierno francés, Jacques Rummelhardt, quien aconsejó a Clinton que "sopesara las consecuencias" de unas represalias. "La aplicación de las disposiciones de esa ley constituirían un grave precedente comercial en el derecho internacional", dijo.
El margen de maniobra que permite la ley, para la búsqueda de una solución de compromiso entre los dos naciones, no es muy amplio. La norma deja en manos del Congreso norteamericano la suspensión de las sanciones si se prueba que el país que vulnera la prohibición ha aplicado otras medidas de castigo contra Irán o Libia.
La ruptura de Total del embargo de las inversiones en el sector de hidrocarburos a Irán puede reabrir el debate interno dentro de EE UU, sobre todo en un momento en el que ha llegado al poder en Teherán un moderado, el presidente Mohamed Jatamí.
El embargo norteamericano perjudica, en este contexto que se crea ahora (con multitud de compañías europeas en espera de conocer el desenlace del duelo París-Washington), a las empresas de su país. Total está ocupando el puesto que dejó Conoco. De hecho, la compañía francesa, séptima petrolera mundial, suscribió con Irán nueve contratos de explotación antes de que el Congreso norteamericano votara el 5 de agosto de 1996 la ley que establece el embargo: En julio de 1995, firmó uno por valor de 610 millones de dólares. El alcanzado ahora es el mayor de todos y convierte a Total en el principal. inversor extranjero en los hidrocarburos iraníes.
D'Amato pide mano dura
El senador republicano Alfonse D'Amato, autor de la ley, pidió ayer al Ejecutivo norteamericano que adopte represalias en suelo norteamericano contra Total. La ley de sanciones a Irán y Libia, dijo D'Amato, "es vital para impedir la llegada de divisas a esos países, que las usan para sus programas de terrorismo y agresión".
El presidente de Total, Thierry Desmarest, se mostró seguro del respaldo comunitario y poco impresionado por el cuadro de sanciones -prohibición de créditos, restricciones a las importaciones de productos, supresión de licencias de materiales tecnológicos sensibles, boicoteo de productos y servicios en los mercados públicos- establecido en la ley. La filial de distribución de Total en EE UU se fusionó el jueves, tres días antes de la firma del contrato con Irán, con la estadounidense Ultramar Diamond Shamrock en una operación que Desmarest atribuye a la casualidad.
Las legislaciones extraterritoriales estadounidenses -la Helms-Burton, que sanciona las inversiones en Cuba que afectan a bienes expropiados por el régimen castrista, y la D'Amato- han sido rechazadas por la Unión Europea que sostiene que las únicas sanciones válidas son las del Consejo de Seguridad.
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