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Ardanza: "Quebrar el Pacto de Ajuria Enea sería una traición a la sociedad"

Pedro Gorospe

El presidente del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza, apostó ayer por la unidad de todos los partidos en la lucha por la pacificación del País Vasco, aunque el precio a pagar sea la lentitud de movimientos, y recriminó a quienes buscan "atajos en solitario". La crítica, "que vale para todos", también para su partido, el PNV, según dijo el lehendakari, fue acompañada de una advertencia: "Quebrar el Pacto de Ajuria Enea sería una auténtica traición hacia una sociedad que nos exige su cumplimiento".

Optimista y sin concesiones a la nostalgia, aunque poco realista según la oposición, en su último discurso de política general como presidente del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza solicitó el respaldo del Parlamento autonómico para exigir al PP lo que no está consiguiendo el acuerdo del PNV con el Gobierno: el desarrollo del Estauto de Autonomía.El lehendakari apostó claramente por el pragmatismo en materia de pacificación y se sumó a la demanda social de unidad de los partidos democráticos. En ese sentido, hizo un discurso desde la posición de quien quiere actuar como presidente de todos los vascos y dejó de lado la tentación de acercarse al PNV en sus tesis más nacionalistas.

Ardanza reprochó incluso a su partido, el PNV, y también al PP, cualquier intento unilateral de buscar soluciones rápidas en la lucha contra la violencia. "Resulta más productivo andar juntos, aunque sea a paso más lento, que buscar atajos en solitario. Lo cual, naturalmente, vale para todos", advirtió. Esta misma semana, el Gobierno vasco criticó con aspereza el vídeo del Ministerio del Interior sobre los crímenes de ETA y lo calificó poco menos que de atentado a la unidad de los partidos.

Ardanza sostuvo esa tesis en pro de la unidad de las fuerzas democráticas incluso a pesar de reconocer que el Pacto de Ajuría Enea no atraviesa por momentos tan buenos como en 1988, poco después de su inicio, cuando ejerció de máquina tractora en la movilización de la sociedad vasca. "Hoy sólo tenemos que recuperarlo, y recuperar algo que ya se tiene es más fácil que crearlo de nuevo", precisó.

Hacer cumplir la ley

El lehendakari volvió a tirar de las orejas a su propio partido, por segunda vez, cuando se refirió a la seguridad ciudadana. En medio del respaldo total a la gestión del consejero del Interior, Juan María Atutxa, Ardanza aseguró que, "en este asunto, la voluntad de los responsables políticos y la profesionalidad de los agentes policiales van al unísono".

Frente a las tesis que en alguna ocasión han mantenido algunos portavoces del PNV, como Joseba Egibar, de supeditar la acción policial a los criterios políticos, el lehendakari reafirmó: "Ninguna consideración de orden político va a interferir con nuestra responsabilidad de velar por el imperio efectivo de la ley y de perseguir su incumplimiento".

En esa línea de apostar por la unidad de los partidos y a modo de recopilación de experiencias de gobierno después de trece años al frente del Ejecutivo vasco, Ardanza reconoció que el grado de acuerdo que ha suscitado el Estatuto de Gernika "será difícil que se repita". Esa reflexión sonó asimismo a una advertencia para el PNV, que, por encargo de su ejecutiva, está elaborando un documento, denominado Nuevo Cuadro de Poder Político, en el que se dibuja un escenario superador del actual Estatuto de Autonomía.

En un tono siempre conciliador y sin ataques específicos a Herri Batasuna, salvo una crítica a todos los que apoyan la violencia "porque su empeño es imposible", el lehendakari tuvo buenas palabras para sus socios de Gobierno, el Partido Socialista y Eusko Alkartasuna. Así, calificó esta fórmula como la mejor de los últimos años y felicitó a sus miembros, si bien de manera especial a Ramón Jáuregui, que abandona el Gobierno para dedicarse íntegramente a la Ejecutiva Federal del PSOE.

En opinión de Ardanza, la integración social que han producido los sucesivos pactos de coalición ha generado un país internamente plural, pero con un déficit que achacó a los dos partidos que han gobernado desde Madrid en el último decenio, el PSOE y el PP: el pleno desarrollo del Estatuto.

Ayer pidió a los partidos democráticos un compromiso en el Parlamento de Vitoria para exigir al PP lo que el acuerdo suscrito por el PNV con motivo de la investidura presidencial de José María Aznar no ha podido lograr: las transferencias pendientes. "Hoy me parece casi imposible conseguirlo", declaró.

El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, dio por roto el acuerdo con el PP tras la negativa a transferir el Inem al País Vasco. "Veo con pena y con preocupación a ser difícil conseguir las transferencias que faltan", sentenció ayer Ardanza.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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