"Canto mucho mejor que Rosario"
"Empecé a los 17 años, llevo 21 años currando y me han impuesto demasiadas cosas por la fuerza. Un día me desperté, dije 'basta ya', Antonio me abrió las alas y eché a volar. Este disco, que es mi disco más maduro, reivindica lo que él hizo por mí, y es la prueba de que mi corazón y mi mente han cambiado. Ahora soy dueña de mi carrera y de mi vida". Esta es la declaración de principios de Dolores González Flores, Lolita, hija mayor de la llorada Lola Flores, ex cantante de copla española y hoy convencida solista -"Canto mucho mejor que Rosario, aunque ella es mejor artista", afirma sin rubor- de un género que podríamos llamar pop-rock.Su nuevo disco se titula Atrasar el reloj, y ofrece media hora, diez temas cocinados en una producción muy cuidada: unos polvitos de samba y bossanova por aquí, dos o tres piezas marchosas por allá -la que da título al compacto y Saber que me necesitas son del disco Gran Vía de su hermano Antonio-, un par de baladas acullá... Todo salteado con estribillos fáciles y letras más o menos poéticas ("La eternidad será el lugar donde los sueños se hagan realidad") y regado con un toque hiperpegadizo.
Pero hay más. Por encima de ese trabajo de laboratorio, enfocado con gran precisión a la diana '40 Principales', surge una Lolita nueva, rompedora, de imagen sexy y moderna y voz poderosa y desgarrada, a medio camino entre un bluesnman de New Orleans y una gitana curtida: "Sí, es verdad cada día tengo la voz más ronca. La gente que llama a casa por la mañana me dice 'buenos días señor', y como no deje de fumar me quedo ronca del todo, pero eso es lo que tiene el tiempo: la cabeza las rodillas y el corazón, cada día peor".
Lolita no sólo está sentenciosa. Está feliz, dice, porque ha trabajado "a conciencia" en el disco "metiendo mano" en las letras de algún tema (No creas que es tan fácil, Entré tú y yo, Quiero saber y Vas a ser madre), descartando otros que no le gustaban... Son síntomas de que no es sólo una mujer distinta, sino también otra artista, que nada tiene que ver con aquella folcIórica que atacaba tonadillas pantojiles.
Esta mañana (el jueves) viste vaqueros, camiseta y sandalias, y aunque trae un "trancazo de caballo" se muestra rápida, impulsiva llena de amor propio: "¿Que si tengo un hueco en el pop? Claro que sí. Es un panorama muy amplio, y con un mínimo de talento no es difícil destacar. Y yo creo que no me parezco a nadie. No no, ni a Luz Casal ni a mi hermana. Yo canto mucho mejor que Rosario, pero ella es más espectáculo, más artista que yo".
Lolita sabe que esta etapa que inició hace dos años con Quién lo va a detener, el disco que Antonio compuso para ella, está plagada de obstáculos. Pero no le preocupa. "Tengo el hándicap de venir de un mundillo distinto, pero eso es a la vez una suerte: tengo un público fiel y muy variado, desde niños de 12 años a señoras de 70".
La prensa rosa será, y ella también lo sabe, la prueba del algodón: "He comido cuatro años de las revistas, dejé incluso de trabajar porque me mantenían. Pero hace ya dos años que no doy reportajes y de momento no me apetece salir. Lo que pasa es que soy muy popular y siguen detrás, aunque desde lo de Lady Di se han atado un poco los machos".
No hay arrepentimiento ni nostalgia de su vida anterior. "He conocido gente cojonuda, otra que no quiero volver a ver, he tenido dos hijos, me casé, me separé, he ido a América 70 veces... Soy ya muy mayor, estoy a punto de cumplir 40 años y por muchos peinaos y marketing que te hagan, si el cambio no es natural se nota. Me pregunto cómo he escondido esa parte mía tanto tiempo".
¿Y qué decía su madre de todo esto? "El disco anterior ya le gustó mucho. Ella habría apostado muy fuerte por el cambio, porque le gustaba lo coherente y lo real. Además, era una gran admiradora mía. No sé si sería pasión de madre, pero decía que yo era la que cantaba mejor de los tres".
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