China advierte a EE UU y Japón contra toda interferencia en Taiwan
El acuerdo entre Washington y Tokio, que implicaría un "apoyo militar [japonés] de envergadura" en caso de una crisis en Asia" no ha gustado en absoluto a China. El Gobierno de Pekín ha advertido a ambos países contra la tentación de colocar a Taiwan bajo el paraguas protector de este pacto. El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Shen Guofang, dijo que esto sería "inaceptable para el Gobierno y el pueblo".
"Si el estrecho de Taiwan está incluido en el pacto entre Estados Unidos y Japón, directa o indirectamente, supondrá una interferencia de la soberanía china", añadió Guogang. "Este tipo de acuerdos deben limitarse exclusivamente a asuntos bilaterales y no perturbar a sus vecinos asiáticos".China considera a Taiwan como una provincia renegada y aspira a reintegrarla a la soberanía nacional china, lo mismo que ha sucedido este año con la antigua colonia Hong Kong (donde se arrió la bandera británica el 30 de junio). La diferencia esencial entre ambos casos es que mientras que el futuro de Kong Kong fue negociado con una potencia exterior (el Reino Unido), en el caso de Taiwan se debe negociar, con las autoridades de la isla. Estas se oponen a toda integración en China. En Taiwan, no obstante, habitan otras dos importantes tendencias: las que aspiran a la independencia total (que representaría para China una declaración de guerra) y las que desean la unificación.
El Ejército chino realizó el 8 de marzo unas espectaculares maniobras militares, con un enorme despliegue naval, que tuvieron como objetivo principal intimidar a Taiwan. Incluso se llegaron a disparar misiles en las proximidades de las aguas internacionales taiwanesas. El mensaje era muy claro, según los expertos: China está en condiciones de tomar militarmente Taiwan si esto fuera necesario.
Estados Unidos se halla, de alguna manera, comprometido con la seguridad, taiwanesa. Por eso, el pacto suscrito por Washington y Tokio es interpretado en China como un compromiso que tiene un doble fin: disuadir a Pekín de cualquier aventura militar y asegurar a Taiwan la existencia de un interés general por sus asuntos.
Explicaciones de Albright
La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, tenía previsto reunirse en Nueva York, en la sede de Naciones Unidas, con su homólogo chino, Quin Quichen, para tranquilizarle respecto a este pacto militar, que sustituye al de 1978.
En Japón también se han escuchado voces críticas contra lo que se considera un giro espectacular en la política exterior japonesa. Fuentes del Partido Socialista, en la oposición, denunciaron la posible inconstitucionalidad del texto, pues el artículo 9 de la Carta Magna japonesa, que data de 1947, prohíbe de forma expresa que las fuerzas de autodefensa (así denomina al Ejército), emprenda acciones fuera de su territorio a no ser que sea en propia, defensa.
Es este aspecto legal al que se agarra con fuerza el ministro de Defensa de Japón, Fumio Kyuma, para decir que este acuerdo bilateral con Estados Unidos no supone cambio alguno. "Las líneas maestras del pacto no van a alterar la interpretación de la Constitución. No veo ningún problema en esto".
No todos están de acuerdo. Yoshitomo Aoki, uno de los más reputados expertos japoneses en asuntos de defensa, aseguró ayer que la redacción del texto provocará un debate nacional sobre la vigencia del artículo 9 y de la necesidad de modernizarlo, debido a que está ya desfasado.
Un portavoz gubernamental, Kanezo Muraoka, aseguró ayer que el acuerdo, lejos de vulnerar los preceptos constitucionales, tiene por objeto mejorar la cooperación militar con Estados Unidos. "Este no es el final, sino el comienzo de nuestros esfuerzos", dijo. El propio primer ministro, Ryutaro Hashimoto, se comprometió ayer a presionar a su Parlamento para que el texto del acuerdo sea enriquecido con nuevas leyes. "Hay aún mucho trabajo que hacer", dijo.
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